Ancla de Oro
Me pregunto cómo no habrá ningún antofagastino que merezca este importante galardón. Increíble, pero cierto.
Defensa Civil
Voyerismo
No es posible comparar la vida cotidiana en común de hombres y mujeres en la ciudad con la de a bordo, donde en ésta, a veces se convive las 24 horas del día durante 30 o más días en medio del océano, enfrentando el mar, en espacios confinados, haciendo las mismas tareas sin diferencias de sexo, más aún a una edad en que las hormonas se alborotan.
Esta estrecha convivencia produce una intimidad y confianza que puede llegar a hacer perder el respeto. Forzar la naturaleza y la cultura ancestral tiene costos a tomar en cuenta para subsanarlos y no escandalizar con fines de desprestigio.
"Huaso" y Larraguibel
Todos juntos
Lo ideal es que esto ocurriese sin necesidad de que existan tragedias que lamentar, somos un pequeño punto en la inmensidad del universo, viajamos en una nave espacial llamada "Tierra", es hora de comenzar a cuidarla, entre todos, para que nuestras futuras generaciones tengan la dicha de vivirla, como nosotros y ojala bajo nuevos códigos para relacionarse, hoy son los incendios, mañana puede ser el hambre, la cura de enfermedades.
Me parece que la distinción del "Ancla de Oro" perdió absolutamente su sentido al no destacar la labor de personas naturales.
Mauricio Cisternas M.
Las largas jornadas de incendios que asolan a nuestro país ha tenido diversos protagonistas, sin lugar a duda la importancia de los diferentes Cuerpos de Bomberos, brigadas de Conaf, unidades de Ejército, Armada y FACh, junto a la ayuda internacional, han copado importante espacio en las noticias.
Sin embargo, en las operaciones han sido muchas más y desde el primer momento estuvo presente la Defensa Civil con sus voluntarios, al igual que el resto con escasas horas de descanso, trabajando en labores de combate de incendios, evacuación, acopio, distribución de ayuda y rehabilitación de las zonas de desastre.
No son pocos los que prestan servicios en esta noble institución, muchas veces bajo el anonimato, uniendo generaciones en un trabajo efectivo y sin descanso, por la Patria y sus altos destinos, sirviendo al país en momentos de angustia y dolor, hombres y mujeres que marcan la diferencia con escasos recursos, con una voluntad de oro y un espíritu de cuerpo ejemplar.
Francisco Sánchez Urra
No justifico el voyerismo, pero no puedo dejar de reflexionar en sus causas, cuando sucede en ámbitos de gente joven, como ha sido en el caso de la Armada. Integrar a la mujer a esa institución y formarla para ir a la guerra tiene un proceso cultural de muchos años y no es fácil como lo demuestran episodios de connotación sexual en buques de otras marinas del mundo.
Marcos Concha Valencia
Se cumple un nuevo aniversario del récord mundial de salto alto a caballo, logrado en el Regimiento "Coraceros" en la ciudad de Viña del Mar (1949), marca que hasta nuestros días no ha sido batida.
El capitán Larraguibel pasó a la historia junto a su caballo "Huaso", demostraron que "siempre con la voluntad de vencer", como señala Carlos Lobos, se pueden superar todos los obstáculos y crear proezas inmortales.
En momentos en que la adversidad parece inundar nuestra contingencia, debemos tener en claro este hito, se superó lo imposible y no hay esfuerzo que no tenga recompensa.
Hoy la estatua que recuerda este hito se encuentra a metros del lugar en donde la inmortalidad de "la voluntad del jinete" se fusionará con "la nobleza del caballo", saltando a la Gloria y demostrado una vez más que somos un país de héroes, que la adversidad no es suficiente para aplacar nuestra voluntad, tal como hoy Bomberos, brigadistas, Ejército, infantes de Marina, marinos, Carabineros y cientos de voluntarios trabajan sin descanso para superar los incendios que destrozan nuestro país.
No hay pruebas imposibles de superar, "Huaso" y el capitán Larraguibel dieron prueba de aquello.
Francisco Sánchez Urra
Ver trabajando codo a codo las tripulaciones rusas, norteamericanas y brasileñas en sus aviones, cientos de brigadistas de varios países junto a nuestros bomberos, personal de Conaf y voluntarios para combatir los incendios que diezman cada día a nuestro Chile, abre una luz de esperanza que el mundo es capaz de unirse, dejando atrás viejas, añejas e inconducentes diferencias para ir en auxilio de quienes lo requieren.
Luis Enrique Soler Milla