Dániza Urrutia Sepúlveda
Una acusación por tres delitos presentó el fiscal Juan Castro Bekios, en contra de Johnatan Sánchez Riffo (19), a quien le atribuye el homicidio de la comerciante Amalia Contreras González (67), hechos que quedaron al descubierto el uno de enero del año pasado, en un local de calle Calama, en las cercanías de la Vega Central.
El cuerpo de la víctima fue descubierto alrededor de las 9 horas tras la celebración del Año Nuevo. Por tan alevoso asesinato, el fiscal está solicitando la pena de presidio perpetuo calificado.
"Estamos frente a tres delitos, robo, homicidio y violación, y la pena asociada a esos delitos es el presidio perpetuo calificado, es decir, en el caso de ser condenado la persona debe pasar preso al menos 40 años privada de libertad", dijo el persecutor.
En cuanto a la fecha de la preparación del juicio oral, Castro Bekios comentó que se está a la espera de ese trámite, que fue fijado por el Tribunal Oral de Antofagasta, para el jueves 2 de marzo.
La infortunada comerciante vivía en dicho local que como empresa.
Cuando peritos de la Brigada de Homicidios y del Laboratorio de Criminalística de la PDI, realizaban pericias en el sitio del suceso, alrededor de las 14 horas encontraron al sujeto que estaba escondido en las instalaciones.
Oculto
El acusado estaba escondido entre medio de unos pallets y conocía a la víctima porque había trabajado para la pareja de ella, que había fallecido hace un tiempo.
El cadáver de la comerciante presentaba diversas lesiones. Se dijo inicialmente que fue asfixiada y agredida sexualmente, lo que fue corroborado posteriormente con la autopsia, y los peritajes a los cuales fue sometido el acusado.
Johnatan Sánchez Riffo habría abusado de la mujer y luego la asesinó para huir con 50 mil pesos en efectivo.
El sujeto dijo en su oportunidad que era adicto a las drogas.
Hijo
En tanto, el hijo de la víctima, Yuri Mancilla, sostuvo tras enterarse del crimen: "Me llamaron para decirme que algo había ocurrido. Ella estaba instalada en este lugar, pero era acompañada por un trabajador. La llave de la puerta que da acceso al interior está quebrada. Al parecer el móvil del crimen fue el robo porque mi mamá había ido a cobrar un dinero de un arriendo".
Agregó que su madre nunca tuvo problemas con nadie, y que en el lugar donde estaba viviendo y donde también trabajaba, había claras señales de desorden, lo que evidencia que hubo sustracción de especies y dinero.
"Mi mamá siempre manejaba dinero y siempre nos comunicábamos por teléfono. Ella siempre vivió en este sector, podría decir que unos 25 años", explicó.
Para la preparación del juicio oral, serán citados los peritos que participaron en la investigación, tanto de la Brigada de Homicidios como del Lacrim, funcionarios policiales, y algunos testigos.
mil pesos habría sustraído el acusado desde el interior del local de calle Calama, donde la víctima trabajaba y residía. 50
años tenía la comerciante Amalia Contreras, quien había instalado una empresa de confección de pallets de madera. 67