El legado de Rafael Ramos Vivar
Cuando yo tenía ocho años, un día mi papá, Rafael Ramos Vivar, me preguntó: "¿Quieres estudiar piano?". Mi respuesta fue "no". A los pocos días, de la mano de mi mamá, iba a mi primera clase de piano en el Conservatorio de Antofagasta, no porque me obligaran, sino porque mis padres se las ingeniaron para convencerme. También en mis recuerdos están las giras a las que mi padre me llevó, de la Orquesta Sinfónica Infantil y posteriormente Juvenil del Liceo Experimental Artístico, conjuntos que él dirigía. También recuerdo cuando muchos años después me pidió que enseñara piano en la Escuela de Música del Teatro Municipal.
Menciono esto no como ejemplo de legado padre-hijo -que lo es- por hacerme participar, sino para señalar, de manera vivencial, instituciones y conjuntos musicales que son su creación y legado a la ciudad.
Es por ello que desde hace tiempo me pregunto, y más ahora por su fallecimiento: ¿Qué hizo que un hombre de origen humilde se haya formado profesionalmente hasta llegar a gestar importantes instituciones dentro del quehacer musical de Antofagasta? Él, profesor normalista, además de enseñar con excelencia música y violín, logró forjar y fundar -no sin duras dificultades- la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, el Conservatorio Regional, el Liceo Experimental Artístico y la Escuela de Música del Teatro Municipal, instituciones obra de su vocación y trabajo honesto.
Quizás fue impulsado por alguna misteriosa fuerza del universo para que en Antofagasta el arte y la cultura tuvieran un desarrollo importante y duradero; aún así, siempre fue en extremo modesto, negándose a que merecidamente se le homenajeara. Siempre decía que fueron las instituciones las que crearon lo aquí señalado, y técnicamente es así, pero las instituciones requieren de hombres creativos, visionarios y luchadores, y en ese aspecto, él siempre estuvo un paso adelante aportando su sapiencia.
Descansa viejo, luego de tu fecunda labor... a no ser que estés creando alguna orquesta celestial.
Rafael Ramos Psijas