"Belleza Inesperada"
La época navideña siempre nos trae este tipo de títulos, donde lo predominante son los buenos deseos y el discurso que apela a los sentimientos que, por lógica, siempre tienden a unir a la familia en pos de grandes ideales.
Es el caso de "Belleza inesperada" (Collateral Beauty), película donde además el espectador exigente queda con la sensación de que le están vendiendo una idea que en el fondo no se cumple a cabalidad. Y este filme de verdad es engañoso, porque uno cree estar viendo una típica película familiar adocenada y lo que se le presenta es un drama adulto y lleno de giros argumentales que, de verdad, poco aportan.
Tal vez el principal problema de este filme radica en que su protagonista sea Will Smith, obsesionado al parecer por ganarse un premio Óscar de la Academia haciendo drama que, en estricto rigor, no es lo suyo. Ya lo intentó antes en el filme "En Busca de la Felicidad" de Gabriele Muccino, en 2007, cuando fue nominado, lo trató de repetir con "Siete Almas" del mismo director en 2009 y reincidió con "La Verdad Oculta" de Peter Landesman, en 2015.
Problema porque todo gira en torno a su figura, dejando de lado la posibilidad de ahondar en personajes secundarios más que interesantes que podrían hacer que la trama fluya. No obstante, a Will Smith le obsesiona esto de ser un actor "serio" y abarca -como en este caso- gran parte del metraje de un filme que promete, pero no llega a buen puerto justamente porque él insiste en mostrarse como imprescindible.
Así, en esta cuarta oportunidad de actuar como un hombre sufrido, carga los dados para tratar de emocionar al espectador sin lograr convencer. Precisamente porque lo asociamos más a otra faceta donde sí luce, léase películas de acción y llena de efectos especiales que le sacan partido a su físico y a su verborrea.
En su defensa digamos que la trama no lo ayuda mucho, porque acá todo está cargado al melodrama más grave: es la historia de un hombre que pierde la brújula de su existencia cuando su hija fallece, situación que desemboca no solo en su propia crisis sino también en la de sus compañeros de trabajo que ven en este drama la posibilidad de perder sus empleos… y no encuentran nada mejor que contratar a unos actores que andan buscando patrocinadores para que se hagan pasar por la muerte, el tiempo o la vida para que interactúen con el protagonista, grabando a escondidas esos encuentros y así demostrar a los demás que el pobre protagonista se encuentra al borde mismo de la locura… y ellos asegurar su trabajo, claro.
A estas alturas uno como espectador no solo encuentra estúpido el cuento, sino que se siente doblemente estafado. ¿No será como demasiado?
Ahí radica el grave problema de esta película cargada de buenas intenciones, pero que se pierde en un punto en donde no sabe qué seguir contando, desperdiciando el talento de Edward Norton, Kate Winslet y la mismísima Helen Mirren que nadie sabe qué hace aquí.
Y como la película es un drama, la cuestión se agudiza porque de verdad cuesta creer el cuento de que el protagonista, desolado y sin sentido después de la muerte de su hija, crea de verdad que es la Muerte, el Tiempo y el Amor que han aparecido en su vida encarnados en tres personajes que se le aparecen cada cierto tiempo y le lanzan mensajes para que reaccione y enmiende el rumbo. Si esto fuera comedia, tal vez podría pasar, pero como es un melodrama todo el asunto se torna sencillamente absurdo e inverosímil.
Lo más decepcionante de todo esto es que se desperdicia el talento de protagonistas que tenían cada uno por sí mismos historias interesantes que podrían haber contribuido a armar una historia más redonda, como la compañera de trabajo que solo ansía un hijo, porque sabe que su reloj natural le juega en contra o el amigo que hace todo lo posible por recuperar el cariño de su hija, tras una infidelidad que le significó la separación de su mujer.
De este modo, "Belleza Inesperada" es una película que no alcanza a convencer y cuyo argumento -aun con todo el ánimo navideño- es sencillamente tonto en su premisa. Una mala idea que echa por tierra lo que pudo ser la clásica historia de buenos sentimientos. Digámoslo derechamente: un mal regalo para el espectador.
Victor Bórquez
Escritor, docente y
comentarista de cine