La conmovedora historia del otro finalista de 'Camiseteados'
Cuando Elías Jara, director de la Fundación "En los ojos de mi madre", tenía 12 años caminaba por las calles de la población Santa Adriana, ubicada en la comuna de Pedro Aguirre Cerda en Santiago.
En la esquina de su casa se paraban jóvenes con lujosas zapatillas y autos, los cuales -para Elías- eran conseguidos de manera muy rápida y sin tanto esfuerzo.
"Eso, cuando eres chico te llama la atención. Ves que los cabros están vacilando con sus cosas caras y finalmente, terminas asimilando que el éxito conlleva la droga", comenta.
La historia de este joven de 37 años llamó la atención del programa de TVN 'Camiseteados', en el cual premian a personas que realizan tareas de alto contenido e impacto social.
En este concurso fueron postuladas más de 330 personas de todo país, pero sólo dejaron a ocho finalistas, siendo Elías uno de ellos.
Mientras se prepara para las grabaciones del programa, cuenta que cuando era chico siempre hacía la comparación de los jóvenes que se paraban en la esquina de su casa con su hermano, a quien veía trabajando todo el día, cansado y estudiando de noche.
"A veces, tenía para invitarme a un completo en el mall. Entonces, ¿quién está bien para el niño? ¿Quién es el exitoso y el fracasado?", dice.
La droga
Comenzó a fumar marihuana a los 12 años, luego consumía anfetaminas, cocaína y terminó en la pasta base, droga que, según cuenta, lo hizo tocar fondo.
En ese intertanto, cerca del 2008, su tío, al verlo tan dependiente, lo invitó a descansar y trabajar a Antofagasta.
Demoró una semana en conseguir empleo y comenzó a trabajar en una empresa antofagastina. "Aquí se ganaba plata. Gané como 700 lucas, imagínate un drogadicto con plata. Una vez me perdí como 20 días y uno de los gerentes de la empresa me encontró y me dijo que sabían que yo tenía problemas y que ellos me iban ayudar", señala.
Cuando subió, tocaba hacer los exámenes de droga aleatorios. Se le apretó el estómago. "Yo dije me van a saltar hasta cucarachas", comenta.
El examen
"Vamos hacer los exámenes. El que tenga problemas que levante la mano", exclamó María Alejandra Camillo, supervisora de la empresa.
Entre nervioso y valiente, Elías levantó la mano y la supervisora lo citó a una reunión. "Ahí le dije que estaba mal, me preguntó mi edad y le dije que tenía 30, pero ella no me creía porque estaba flaco. Me mandó a internar al CREA", añade.
Estuvo 14 meses en este centro de rehabilitación y fue ahí donde pudo superar su adicción.
Según Elías, en su estada en el centro pasó algo que le hizo cambiar completamente su forma de pensar.
Cambio
Era un día cualquiera y tuvo que asistir a un seminario. De pronto, el "hermano" o "profe" que estaba haciendo la exposición dice "con la marihuana a ustedes les da hipersomnia, entonces estás despierto todas las noches".
En la mente del joven algo no conectó. "Y me dije pero cómo si hiper es mucho y somnia es sueño. Es decir, uno estaba muerto de sueño", detalla.
Tras esto, comenzó a cuestionar todo lo que le enseñaban. Empezó a estudiar para ver qué hacía la droga en el cuerpo y desarrolló todo lo que enseñaban en los talleres. "Empecé a leer hasta Freud. Mi mente empezó a activarse y a ordenarse", comenta.
¿Y cómo nace la idea de crear una fundación para las mamás con hijos drogadictos?
-Resulta que mi familia estaba en Santiago. Por lo tanto, cuando había visitas yo me sentaba en el comedor solo. Empecé a darme cuenta que el cabro chico le decía: mamá a mí no me gusta la presa que me dan en la cazuela y la mamá le decía: ya hijo, vámonos de acá. Y resulta que ese cabro chico hace un mes le había pegado a la mamá.
El otro le decía: abuela si no me traes las últimas zapatillas del mall, me voy a ir de acá. La abuela, quien apenas tenía para la micro, le llevaba las zapatillas al cabro. Ahí pensé: algo está pasando.
Las mamás deben saber más que nosotros para conocer cuándo el joven quiere manipularla. Entonces cuando el niño sale a la calle, toda la familia sigue enferma y no saben qué hacer con él. Antes de que el niño robe, la mamá debe accionar un mecanismo de prevención para que eso no pase. El drogadicto siempre busca la forma de pelear para cerrar la puerta e irse. Pero qué pasa si la mamá pudiera adquirir herramientas para poder hablar y llegar a sus hijos. Lo que yo hago es enseñarles tips para poder hablar de droga.
¿Crees que en Chile falta hablar de la droga?
-La droga es el patio de Chile. Nadie habla de ello. A veces las mamás creen que el pito, la cocaína y la pasta base son lo mismo, pero hay diferencias y eso deben aprenderlo. Por eso hay que darles herramientas a las mamás porque por lo general son las únicas que creen en sus hijos. Ellas se sienten culpables y a ellas les baja el autoestima. Y ella se resta del problema, en vez de empoderarse. Muchas veces cuando la mamá se enfoca en un solo hijo comienzan los problemas con los otros. La droga es un cáncer para todos.
La mamá pasaría a ser un agente preventivo...
-Claro. Qué pasaría si en vez de encerrar al cabro le enseñamos a la madre a ayudar a superar la adicción. Los centros de rehabilitación son caros y muchas veces ni siquiera hay cupos. Por eso estamos trabajando con las madres. Recopilamos información, me quemé las pestañas estudiando porque no tengo estudios superiores, pero tengo virtudes y ésas las estoy ocupando.
Tú también llegaste a ganar el concurso AntofaEmprende en 2014 con este proyecto...
-Sí, mientras trabajaba como soldador redacté esta idea y la presenté. Ese premio es de innovación social y eso conllevó a que lograra preparar el prototipo y ver que mi idea fuera viable. Todo esto ha sido muy difícil, pero dime algo ¿por qué no? También ganamos un fondo concursable de Corfo regional y la semana pasada nos ganamos $40 millones para desarrollar el prototipo que creamos.
¿Con cuántos trabajas?
-No tenemos una oficina fija, pero por mientras vamos a trabajar en calle Uribe en la Primera Iglesia Metodista. Trabajo con Jorge que es estudiante de Trabajo Social, yo soy obrero, tenemos una sicóloga que se llama Daniela Fernández y Rubén Flores.
Todos ellos están en el equipo.
¿Y qué pasa con los papás?
-También queremos involucrarnos, pero eso lo estamos haciendo con el prototipo. Ahora es con la mamá, porque queremos que ellas sean el ente preventivo de su familia.
¿Cómo te enteraste sobre el programa?
-Me postuló otra persona y me puse feliz. No tenía idea de nada, pero fue una grata sorpresa porque va a visualizar un problema, lo que pasa en la cocina de Chile.
¿Y tu familia qué dice?
-Mi familia está muy orgullosa de mí. Los que me quieren están contentos con lo que estoy haciendo. Ellos no asimilan lo que hacemos nosotros acá. Tenemos una fundación pequeña, pero esta idea podría cambiar todo y llegar a ser una política pública. Queremos que se hable de droga.
A pesar de tener centros de rehabilitación, Antofagasta sigue teniendo altas tasas de consumidores de pasta base, por ejemplo, ¿por qué ocurre?
-Sí, muchísimo. Yo lo viví. Aquí se ve mucha pasta base. Hay cabros que tienen plata y que se van a las poblaciones en las noches. En Chile hay centros de rehabilitación, pero no hay resultados. Te podría decir que del 100% de los que están internados ni el 10% alcanza a tener un tratamiento exitoso. Es bajísimo.
¿Qué pasó con tus amigos?
-Sigo teniendo amigos drogadictos. Están ahí, pero ahora se acercan a mí y me conversan sus problemas. Lo que sí trato es de no ir mucho a Santiago porque me deprimo. Hay cabros que no estaban metidos en la droga y ahora sí. La droga te mata. Mi mejor amigo, por ejemplo, se suicidó el año pasado porque no se la pudo. Yo perdí mi juventud.
"Aquí se ganaba plata. Gané como 700 lucas, imagínate un drogadicto con plata. Una vez me perdí como 20 días y uno de los gerentes de la empresa me encontró y me pidió que volviera a trabajar"."
Programa de televisión
El caso de Elías no es el único que fue destacado por el programa de Televisión Nacional de Chile. El antofagastino Pedro Ziede también fue reconocido en su labor con los operativos médicos "Sembrando Salud", el que tiene como principal objetivo reducir las listas de espera de los hospitales de la región. Según explican en la página web de TVN, "Camiseteados" es un proyecto que "busca visibilizar, celebrar y premiar a personas comunes que llevan a cabo tareas extraordinarias con las que impactan a las comunidades en las que se desenvuelven".