Antofagastinos acudieron en masa a los dos cementerios
CONMEMORACIÓN. Clima de reflexión y nostalgia marcó "Día de Todos los Santos" en recintos de la ciudad.
Las altas temperaturas y el sol no fueron impedimento para que miles de antofagastinos acudieran a ayer a los dos cementerios de la ciudad para recordar a sus seres queridos en el "Día de Todos los Santos".
Se trató de una jornada llena de recogimiento y nostalgia, donde las flores y los adornos se transformaron en los principales obsequios para amigos o familiares que ya partieron.
En Antofagasta la principal actividad se desarrolló en el Cementerio General, donde párroco Luis González, de Nuestra Señora de Lourdes, ofició la tradicional misa con que la Iglesia Católica conmemora esta fecha.
En su homilía, la autoridad eclesial dijo que esta festividad no sólo busca recordar a los difuntos, sino también la vida de quienes trascendieron en nuestra historia.
"Hoy recordamos lo que hemos perdido, pero eso también nos invita a recordar que nuestra existencia es finita y que debemos rendir tributo a quienes nos han acompañado en esta vida", enfatizó.
Según la administración del Cementerio General, las expectativas se cumplieron y sólo ayer asistieron más de 25 mil personas al camposanto, concentrándose el flujo de visitas, en el horario entre las 11:30 y las 14:30 horas.
En el recinto se organizaron servicios especiales para atender a la gran cantidad de visitantes, que por momentos colapsó los pasillos.
En el Mausoleo del Cuerpo General de Bomberos, voluntarios montaron una guarda de honor en recuerdo de los fallecidos en esta institución.
Familias
Con la misma preocupación, pero sin tanto preámbulo, cientos de familias se encargaron de limpiar y embellecer las tumbas y mausoleos donde yacen sus seres queridos.
Tal es el caso de María Inés González, de 89 años, quien todos los años visita el cementerio en esta fecha para arreglar la tumba de su hermano mayor, quien fue atropellado cuando sólo tenía 11 años.
"Ya de mi familia no queda nadie, soy la única que aún puede venir a arreglar y recordar a mi hermano. Siento que es algo que siempre me agradecerá", asegura la anciana.
En el otro extremo de la ciudad, en el Parque San Cristóbal, se vivió un ambiente similar.
Cientos de personas llegaron con quitasoles, comida y manteles para almorzar en familia y pasar un momento con los seres queridos sepultados en el lugar.
En la entrada al cementerio la administración instaló cuatro papeletas gigantes, donde los visitantes podían dejar un mensaje o un recuerdo a los amigos, familiares o conocidos que visitaban.
Una iniciativa que motivó la participación de niños, jóvenes y adultos, quienes plasmaron hermosas dedicatorias para conmemorar a quienes ya no están.