Luis Rivano, R.i.p.
Al escritor Luis Rivano (1933/2016), al "Paco" Rivano lo conocimos un poquito, al recorrer las calles de Antofagasta e incluso el cementerio general. Eran los días que el teatro de la U. de Chile, hoy Pedro de la Barra, lo traía para que, en sesiones de "mesa", complementara su trabajo autoral con nuestros actores; entre otras, se difundió su dramaturgia con "Los matarifes", "Te llamabas Rosicler"… Y en el camposanto nos acompañó en un sobrio homenaje a Mario Bahamonde, fines de la década de los setenta. Años después, tecnología mediante, la foto se "subió" a internet.
Supimos de esa otra literatura chilena, la más descarnada, brutal, la que construyó con un lenguaje más directo, que nos reveló en su inicial novela "Esto no es el Paraíso", y vaya que no lo era ni lo sigue siendo; después, "Tirar a Matar"; y los cuentos de los "pelusas" de entonces, los que habitaban bajo los puentes del Mapocho, con el volumen de "El Rucio de los Cuchillos". Para solaz de sus lectores, se editó una valiosa antología de sus propios textos.
En continuos viajes a Santiago, lo visitábamos en su inmensa y bien aperada librería. El "Paco" tenía de todo, y entre esas joyitas, lo mejor de la literatura nacional, ya difícil de encontrar. Era un librero de viejo, actividad que, entre otros, heredó su hijo Octavio.
Hoy se puede desclasificar que su "emprendimiento" libresco, lo comenzó al informarse en los obituarios de la prensa. Allí decía que tal o cual ciudadano había abandonado la intranquilidad de la tierra; estos de preferencia eran del "barrio alto". A las pocas semanas se apersonaba al domicilio, bien dateado y ofertaba en efectivo por la amplia biblioteca que el señor mantuvo y cuya viuda e hijos, no les interesaba. Desde allí "capturó" cientos e interesantes libros, los que a mejor precio los puso a disposición de los nuevos lectores.
Hace un par de meses, lo escuchamos de nuevo aquí, en los conversatorios itinerantes de Cristian Warnken, que auspiciaba una empresa del cobre.
Sergio Gaytán M.