Coinciden en la cartelera dos títulos que tienen como denominador común lo sobrenatural. Son dos puntos de vista acerca de un mismo tema, aunque con alcances disímiles.
Ninguno de ellos es una gran película, pero en su conjunto vienen a demostrar -una vez más- la vigencia que tiene el género de terror y suspenso, especialmente entre el público joven que sigue fiel a ciertas recetas prefabricadas para generar esa tensión y nerviosismo que estalla dentro de la sala del cine.
El primer título es "Ellos vienen por ti", de Michael Petroni, quien ha dirigido antes "El Rito" (2011) y fue guionista de "La ladrona de libros" (2014), donde desarrolla una historia que tenía todos los elementos para ser una pequeña gran joya del género, pero que tropieza con la dirección plana y sin matices del realizador.
El protagonista es Peter Bower (un desaprovechado Adrien Brody, el mismo que antes ganó un Óscar por "El Pianista"), un psicólogo cuya hija ha muerto en trágicas circunstancias. Es un hombre atormentado por la culpa porque de alguna manera él fue causante de esa desgracia, por un descuido que significó que la bicicleta la pequeña quedara atrapada en las líneas del tren, siendo arrollada por un camión.
Él ha abandonado Sídney y a duras penas atiende a pacientes tan desorientados como él. Su vida es rutinaria y ni siquiera los consejos de su antiguo maestro (Sam Neill), logran motivarlo. Hasta que una noche se presenta una extraña adolescente en su consulta. La chica no habla, se cubre la cabeza con su chaqueta y lleva una muñeca en sus manos. Aparece y desaparece, dejándole una pista inquietante: una hoja donde ha escrito un número, 12787.
Hasta este punto, el director Petroni ha sabido crear un ambiente alucinante, lluvioso, frío, plagado de efectos mínimos, de detalles sutiles que van creando una tensión adicional porque todo podría ser producto de la mente del protagonista -así lo insinúa el propio maestro de Bower- y los espectadores se ven fascinados con esta niña que entra y sale de la consulta como si fuera un fantasma.
Es indudable que esto es un thriller de carácter psicológico, con claras referencias a esa pieza maestra en su estilo que fue 'Sexto Sentido', sobre todo por la presencia de los elementos sobrenaturales que unen esta visita inesperada, el sentimiento de culpa del protagonista con un antiguo suceso acaecido en otro pueblo hace veinte años: un accidente ferroviario que dejó como saldo fatal 37 muertos.
Lo malo es que, pronto, la película deriva en explicaciones inútiles y en vueltas de tuerca innecesarias para que todo calce y sea coherente cuando, precisamente, el poder de su fascinación estaba en el mero hecho de la niña, la muñeca, los sueños del protagonista y ese clima ominoso que rodeaba a la historia donde todo podía ser o no ser.
"Ellos vienen por ti" es una película menor, está bien filmada aunque desaprovecha a sus actores, en especial el talento de Adrien Brody quien, de verdad, merecía un rol de mayor jerarquía en esta película que entretiene, sí, pero nada más que eso.
La otra carta de la presente temporada es "Satanic, el juego del demonio", un típico filme de terror para adolescentes que nada tiene que aportar a los grandes exponentes de esta tendencia de la industria de poner a un grupo de muchachos en situaciones extremas y al borde del colapso.
En este filme, se trata de cuatro amigos que viajan al festival de Coachella, pero que instigados por uno de ellos, deciden hacer lo que ellos denominan "turismo macabro" en Los Ángeles, California, esto es, visitar la casa donde mataron a Sharon Tate, la esposa del director Roman Polanski, ir a la iglesia satánica de Antón LaVey o meterse a la mala en una supuesta secta satánica que opera en medio del bosque. Lo malo es que pronto, descubrirán que fuerzas incontrolables se están dispersando en medio de la ciudad y ellos son las víctimas principales de los demonios que están desparramados por todas partes.
Ésta es la típica película de gritos, persecuciones y sangre que divierte a los fanáticos de este subgénero de chicos-en-peligro que pronto pasa al olvido, pero que por lo menos se disfruta como placer culpable.
Periodista, Magíster en Edu. Escritor, Académico U. A.
Víctor Bórquez N.