Cristian Castro Orozco
Después de un año y dos meses de trabajos de remodelación, fue entregado ayer a la ciudad el tradicional 'kiosco de la retreta' de la Plaza Colón, monumento histórico de Antofagasta que estaba siendo sometido a una intervención estructural desde junio de 2015.
Los trabajos para recuperar la centenario odeón que fue inaugurado en marzo de 1911, contemplaron la realización de tres etapas (estudios pertinentes, estabilización estructural y restauración arquitectónica). Las obras tuvieron una inversión de más de 250 millones de pesos.
Expectación
Durante el tiempo en que fue intervenida, la retreta permaneció oculta al público por un cierre perimetral, por lo que el miércoles causó bastante expectación entre los peatones el retiro de los paneles que cubrían la estructura, dejando ver el resultado final antes de la reinauguración.
"De verdad que se nota un cambio importante en la Plaza Colón con el remodelado odeón. Se ve mucho más atractivo el espacio y muestra el estatus que la ciudad debiese presentar, aunque creo que los trabajos tardaron demasiado", dijo el antofagastino Luis Valenzuela.
Incluso un día antes de ser reinaugurada, en redes sociales comenzó a viralizarse -compartirse- imágenes del kiosco con su nuevo diseño, el cual causó la sorpresa de varios usuarios debido a que era la primera vez que se veía la estructura desde que fuese cercada hace poco más de un año.
La ceremonia de entrega contó con la participación de grupos de bailes compuestos por niños de escuelas públicas y usuarios del programa del adulto mayor de la municipalidad, y también se dispuso una banda musical de la Primera División del Ejército, quienes al tradicional estilo de los años XX, interpretaron piezas de clásicos bailables en la segunda planta de la retreta.
Intervención
El director de la secretaría comunal de Planificación de la municipalidad (Secoplan), Dante Novoa, manifestó que el gran énfasis durante los trabajos fue no alterar el diseño ni la estructura original del odeón, debido a que éste fue declarado monumento histórico nacional en 1995.
"Como obra arquitectónica, el kiosco de la retreta mantiene el 100% de su diseño original, ya que el Consejo de Monumentos Nacionales ha sido muy riguroso en señalar que ese aspecto se debe preservar. Lo que se hizo fue una recuperación de cada uno de los elementos que componen la retreta", dijo Novoa.
También destacó el rescate de los detalles emblemáticos de la estructura, como lo son las placas conmemorativas en honor a la figura de José Papic y los escudos nacionales y de la colonia eslava.
"En la terminación se trabajó fundamentalmente en los revestimientos exteriores y se repusieron todas las molduras, cornisas, aleros, placas y escudos. Además dejamos al descubierto una 'ventana de tiempo' a un costado de la placa a José Papic, en donde se exponen todas las capas de pintura que ha tenido este monumento en el tiempo", finalizó el director de Secoplan.
Mantención
Por su parte, la alcaldesa de la ciudad, Karen Rojo, hizo un llamado a preservar esta obra.
"La retreta hay que cuidarla porque es un patrimonio de nuestra ciudad, y si bien su arreglo pasó los límites esperados, se debió principalmente a que las obras fueron meticulosas para no alterar esencia del odeón, tal como lo indicó el Consejo de Monumentos", dijo la jefa comunal.
La emblemática retreta fue una donación que realizó la excolonia yugoslava a la ciudad con motivo del centenario de independencia de Chile (1910). Desde ese entonces se tornó en un símbolo para la comuna, el cual pese a ser declarado monumento histórico en 1995, antes de su remodelación estaba en completo abandono y con graves problemas estructurales debido a los sismos.