sabella: rebelde con causa
"Andrés Sabella es un rebelde con causa: un luchador por un mundo de paz y justicia, un agitador de la unidad continental y de los hombres", escribió el periodista Abel Brevis para la primera edición de "Dura Lanza" en septiembre de 1973, días antes del golpe, en una coedición de la Universidad del Norte y Pineda Libros, con dibujos a carbón y lápiz de Pedro Quiquincha. La segunda edición circuló en la clandestinidad en diciembre de 1973 con tanques patrullando el dolor y la sangre.
La portada en negro y sepia con ese araucano lanzando un grito de rebelión está más vigente que nunca, pero todo es vigencia en Andrés Sabella.
Y la vigencia estalla en el rostro de todos con esta dedicatoria del poeta: "A los trabajadores de Chile, a los hombres que murieron soñando y luchando por la justicia, por la libertad y la paz". Premonitorio para lo que venía.
Para aquellos que se confunden con la poesía de Andrés deben leer algo de "Infraestructura": Muchos hombres se preguntan cómo es la Revolución,/ buscándola en los dones del aire,/ en las ceremonias del mar, / y no saben que ella está a su lado, / en los muelles, cerca de las frutas extrañas y las barras de cobre, / en la dulzura de las espigas que levantan el día, / en las blasfemias de humo que claman las chimeneas, / en el fuego clandestino de las imprentas ilegales,/ en la mueca de las minas, / en la agresividad de las armas ocultas, / en las calderas de los barcos, con una gota de océano en los ojos…
Y el Andrés usual, laborioso y de concreta caricia: "Mi ventana se abre al infinito./ Corto, diariamente, una estrella y la pongo en mi ojal". ("El poema de los ascensores").
En el retorno de un Dios vencido: " ¡Asaltemos los ascensores! / ¡Hagamos que suban más allá de las banderas!/ Setenta y cinco, noventa y ocho, ciento sesenta, doscientos, quinientos siete, mil pisos/ ¡Más arriba aún! ¡Al cielo! /Dios no ha bajado a nosotros, porque no tiene ascensor".
La dura lanza que ennoblece: "Yo vivo para un tiempo en que la estrella mostrará sus sueños".
Osman Cortés Argandoña