Una vez más la cultura preventiva de todos los habitantes del borde costero de la región se pone a prueba demostrando que en un promedio de 11 minutos un aproximado de 180 mil habitantes llegaron a los puntos de encuentro de emergencia ubicados en zona segura.
Los simulacros son ejercicios que buscan preparar a la comunidad ante riesgos, en este caso de terremoto y tsunami, practicando su plan de familia preparada; los establecimientos educacionales su plan integral de seguridad escolar; las empresas privadas sus planes de emergencia y las autoridades en sus distintos niveles, los protocolos vigentes.
En esta oportunidad las lecciones aprendidas y reiteradas en al menos los últimos ejercicios realizados, son los automovilistas tanto en el transporte público como privado, los llamados "mandriles al volante" no encontraron mejor momento de demostrar que no tienen una cultura preventiva internalizada, que no se podía esperar 30 minutos, duración del ejercicio.
Así innumerables videos en redes sociales, fotografías y discusiones de alumnos, profesores, comunidad intentando explicar que deseaban evacuar y cruzar la calle para llegar a su zona de seguridad.
Al seguir haciendo el check list de las evaluaciones llegamos a las empresas privadas y del comercio que sin más decidieron bajar cortinas y encerrar a su personal al interior de los recintos, sin dejar que éste participará activamente del ejercicio, una conducta que también ha sido repetitiva y a la cual se deben abocar las autoridades del área.
Las lecciones relacionadas con Onemi y organismos públicos como municipios, es dotar de una infraestructura mínima a los puntos de encuentro de emergencia, y una revisión de los mismo, pues en algunas zonas como Avda. Argentina, entre Prat y Orella, la cantidad de personas que llega a ellos supera las condiciones mínimas de seguridad.
Así como efectuar una mantención, revisión y prueba constante del sistema de alarmas de tsunami instalados en todo el borde costero y que en el caso de Tocopilla sufrió un hurto y en otras comunas costeras hubo sirenas que no se escucharon, entre otros desafíos en generar una cultura preventiva.
Irina Salgado
Directora Proyectos North-Ges