Un total de 300 nuevas soluciones habitacionales comenzaron a construirse en el sector La Chimba Alto, calle Huamachuco con Félix García. Se trata de dos condominios de departamentos denominados Sol Naciente y Ayelén I, proyecto con el cual el gobierno busca contrarrestar el déficit que aún se mantiene en la ciudad de viviendas sociales, que alcanza a más de 21 mil inmuebles.
Según la autoridad los recursos del programa habitacional para la región crecieron en un 26,9% este año. Junto a eso, la disponibilidad de suelo para los proyectos habitacionales es de 219 hectáreas entre las comunas de Antofagasta, Calama, Mejillones y Taltal.
Entre 2015 y 2016, la inversión en la construcción de las 3.057 viviendas alcanza las 3.668.400 UF, generando además 7.643 puestos de trabajo.
Junto a esto el Serviu diseñó un acompañamiento para las 13.933 familias que componen los 180 comités de vivienda.
Hay que recordar que en mayo de 2015 se anunció que el Gobierno construiría 60 mil viviendas sociales a nivel país, en el marco del Programa Extraordinario de Reactivación Económica impulsado por el Minvu.
Sin embargo, en la región después del segundo y último llamado, se presentaron sólo dos proyectos que consideran 374 inmuebles.
Al respecto, Isabel de la Vega, directora del Serviu, expresó que son tres los ejes que destacan de este proceso.
El primero es romper con la inercia y recuperar el tiempo en que no se construyeron viviendas. Segundo, generar empleo para combatir la cesantía y, tercero, reactivar la economía con la inversión en estos proyectos.
La directora del Serviu agregó que "lo principal es siempre la entrega de la vivienda a las personas, que es su patrimonio y que sólo pueden adquirir con la ayuda del Estado".
Testimonios
Si bien los inmuebles serán entregados recién en diciembre de 2017, en los terrenos de ambas villas se realizó un simbólico acto, que consistió en enterrar una "cápsula del tiempo", donde las familias beneficiadas y las autoridades del Minvu, Serviu y el intendente, escribieron sus buenos deseos.
Los testimonios cobran importancia al momento de recordar que en más de dos décadas Antofagasta careció de construcciones sociales.
Para Yessenia Vásquez del comité "Nuestro Hogar Soñado", lo que comenzó el miércoles es un anhelo que se cumple al fin, ella con su marido y sus tres hijos de 14,12 y 9 dejarán de ser allegados para comenzar una nueva etapa, es "el orgullo de tener algo propio".
Andrea Rojas, otra beneficiada, contó que la experiencia de vivir allegada es muy dura.
"Quien vive de allegado tiene más sufrimientos del que vive en un campamento, ya que diariamente compartes con varias familias. Pero si a la dueña de casa le molestas te echa y debes empezar a buscar nuevamente donde vivir".
Rojas agregó que si no se tienen los recursos para arrendar debes eliminar algunos gastos personales o incluso dejar de comprar cosas para los hijos.
Espera
Daniel Muñoz, quien pertenece al comité "Lucharemos", esperó 12 años para ver que comienza a concretarse el anhelo de la casa propia.
Él dijo que "al principio debíamos tener 350 mil pesos, en esos años como no había terrenos para viviendas sociales tuvimos que considerar el costo del lugar, para eso hacíamos actividades, ir peso a peso juntando lo necesario".
La opinión de Valezca Arancibia, del comité "Balmaceda", es una experiencia que la llena de felicidad. Ella junto a las personas del grupo vienen desde el 2004 esperando una solución habitacional.
Angélica Avilés, expresó que "es un orgullo de estar en esta instancia porque luchamos y golpeamos puertas, las esperanzas se perdían, y ahora la felicidad de saber que voy a tener algo propio es un orgullo".
Cecilia Santander, también expresó que "cuando postulé mis hijos estaban en la enseñanza básica ahora ya son profesionales, desde esa fecha ya pasaron 20 años".