Pamela De Vicenzi
El estrés se presenta como el peor enemigo en la vida cotidiana. El trabajo, los estudios, la familia y la pareja son lugares que pueden significar tanta felicidad como tensión, resultados que se expresan a través de la salud.
Hay investigaciones que plantean que, por ejemplo, el estrés laboral proviene de los genes. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por diversos especialistas en Estados Unidos da cuenta del efecto inverso: hay condiciones externas que pueden influir en cómo se expresan ciertos genes.
El estudio, publicado en el American Journal of Physical Anthropology, sugiere que los principios de la privación social grave puede provocar modificaciones del ADN que afectan la expresión de genes relacionadas con el estrés.
Estas modificaciones no genéticas (o epigenéticas) se producen cuando las moléculas del grupo metilo se añaden a los componentes de ADN.
Estudio previo
La investigación se asemeja a un estudio realizado en 2010 por la Universidad de Copenhague (Dinamarca), que descubrió que los factores externos pueden causar estrés en las células del organismo a través del control de los genes.
Estos especialistas estudiaron en detalle un complejo denominado PRC2, que es capaz de unir grupos químicos pequeños (metilo) a las histonas, que son proteínas que forman la cromatina que constituye el genoma de las células eucariotas.
Este proceso altera esta estructura y vulnera la protección de las células ante el estrés del exterior, por lo que activa genes que "deberían estar silenciados", señalaron los autores del estudio danés.
"Por ejemplo, uno podría imaginarse que el estrés prolongado provoca que las células nerviosas del cerebro produzcan hormonas y otras moléculas de señalización que no suelen producir y esto puede alterar el funcionamiento cerebral normal", indicaron los investigadores.
"La consecuencia es que genes que deberían estar desactivados están ahora activos y esto podría alterar el desarrollo, identidad y crecimiento celular", complementó Simmi Gehani, miembro del equipo.
Estrés a edad temprana
En el caso de la nueva investigación estadounidense, el equipo analizó los genes de 208 niños que tenían 12 años de edad. Los participantes provenían de diversas instituciones de Estados Unidos que se encargan de acoger a niños huérfanos, de familias en riesgo social o sin hogar.
Mientras más tiempo los niños estuvieron dedicados al cuidado de instituciones, hubo menos intervención de los metilos en sitios específicos dentro de los genes relacionados con el estrés. En resumen, el control del estrés externo redujo la alteración genética.
"Nuestros resultados son consistentes con un creciente cuerpo de investigación tanto en modelos animales humanos y preclínicos que sugiere que estas primeras experiencias, sobre todo relacionadas con el cuidado temprano, dejan huellas moleculares, visibles a través del transcurso de la vida, que probablemente influyen en una serie de factores biológicos, fisiológicos y procesos de comportamiento", explicó Stacy Drury, perteneciente a la Tulane University Hospital y autora principal del estudio.
A juicio de la investigadora, estos estudios epigenéticos pueden proporcionar información muy valiosa sobre el impacto del estrés a edad temprana.
El fin será desarrollar "enfoques innovadores para restablecer las trayectorias negativas de desarrollo en esos puntos lo más pronto posible", afirmaron.
La relación entre el estrés y la genética
Alteraciones
Diversos estudios han planteado que hay factores como el estrés que intervienen en los cromosomas que se encuentran en las células eucariotas.
Influencia química
La alteración se produce a nivel químico y vulnera la protección de las células a los factores externos. Esto activa genes que usualmente no están en funciones.
Impacto en la niñez
Tal como ejemplifica el estudio de EE.UU., este efecto puede ocurrir a temprana edad, en especial si los niños no reciben la atención adecuada.
Los genes en momentos clave
En 2014, un estudio de la Universidad Médica de Viena (Austria) determinó que el efecto de eventos estresantes negativos, como la muerte de un familiar, o positivos, como un logro empresarial, sobre el cerebro está determinado por factores genéticos. La génesis se encontraría en el hipocampo, estructura clave en la memoria y el aprendizaje, que se puede contraer cuando la persona enfrenta momentos difíciles o grandes cambios en su vida.