Uno de los objetivos del CDA para el torneo de Clausura era mantener la categoría en Primera "A". Esta misión fue cumplida con creces e incluso el equipo clasificó a la liguilla para la Copa Sudamericana de la mano del técnico Beñat San José.
De por sí el desafío asomaba en extremo complicado por los 21 puntos que necesitaba el cuadro "Puma". Sin embargo, una buena ejecución de la pizarra táctica del propio San José y la contratación de delanteros con alto poder de finiquitación permitieron lograr una de las mejores campañas de los albicelestes.
¿Qué viene para el nuevo campeonato? Por lo pronto, el técnico vasco ya es historia y la misión de la institución es contratar ahora un entrenador que conozca la institución y que apunte alto en las aspiraciones, para tener un equipo que brinde fútbol y espectáculo, que es en definitiva lo que atrae el público al estadio.
A la hora de las restas y sumas, lo ideal es mantener la base del equipo, incorporar refuerzos de categoría, subir elementos del club al plantel estelar y algo muy importante, reencantar a la afición, esquiva por tanto tiempo, pero que responde en los momentos decisivos.
El CDA tiene todo para dar ese gran salto y emular proyectos éxitos, como por ejemplo lo realizado en O'Higgins de Rancagua, donde la sintonía de la familia Abumohor con la comunidad es total. Aquí se combina de manera exitosa los logros deportivos y la labor social.
Antofagasta es una de las mejores plazas del país, tiene un estadio estándar Fifa y tiene industrias poderosas en el ámbito minero a nivel mundial para proyectar el nombre de la ciudad a otras esferas deportivas.
Hay que imitar lo efectuado por otras instituciones en regiones que proyectan a sus clubes como una plataforma deportiva y de permanente contacto con la comunidad, que es la esencia de toda entidad.
Antofagasta merece dar ese gran salto de calidad. Si todos asumimos este compromiso, el CDA puede cambiar su realidad y convertirse en un ejemplo de buena gestión, siempre y cuando los hinchas sean vistos como un patrimonio y no como un simple borderó o cifras de asistencia de público.