Mañana será conmemorado el Día del Trabajador, fecha que recuerda a los mártires de Chicago, quienes perecieron en su demanda por una jornada laboral de ocho horas. Era el año 1886, es decir, hace 130 años, cuando las condiciones de la economía y el mundo del trabajo, remitiéndonos a Occidente, eran precarias, agobiantes, insalubres, inseguras, mal pagadas y con mínimos derechos.

Desde entonces se ha avanzado mucho, aunque persisten deudas en algunos sectores económicos y en determinados países en desarrollo y en vías de.

No obstante, los desafíos del mundo del empleo y los trabajadores en el siglo XXI son otros y poco se habla de éstos. Hace poco el economista Sebastián Edwards dijo en una entrevista que "en los próximos 84 meses la mitad de los chilenos perderá su empleo y serán reemplazados por máquinas". Esto es en siete años más.

El juicio es provocador y debatible, pero indudablemente abre una discusión que debemos tener y que cuenta con asidero en lo real. Las máquinas cada vez más inteligentes están reemplazando muchas labores que eran realizadas por humanos, lo que hasta hace poco era inimaginable. Taxis y camiones conducidos por robots, computadoras o servicios dispensados por operadoras son cada vez más comunes. Son más eficientes, no descansan, no piden incrementos de renta y, lo que es mejor y más inquietante, pueden discriminar y tomar decisiones cada vez más acertadas.

No es lo único. Los cambios en el mundo del trabajo exigirán mayor especialización, innovación e inteligencia, lo que obliga a cambios radicales en la forma en que abordamos nuestro desempeño remunerado.

Tales temas no están en el Chile de hoy, no aparecen en nuestras conversaciones ni fueron tocados por las dos reformas más relevantes que ha planteado el gobierno: la educacional y la laboral. Así, el grueso de la agenda pública está detenida en cuestiones del pasado, especialmente las referidas a estas materias.

Estas olas son demasiado grandes, no pueden ser evitadas y habrá que aprender a surfearlas. Negarlas no tiene sentido alguno. Sería necio y absurdo.

100 años | 30 de abril de 1916

Nuevos ayudantes para Ministerio de Guerra

Recientemente se nombraba ayudantes del Ministerio de Guerra a los señores Manuel Soto y Alfonso Rossi y al comandante Maximiliano Benavente, jefe interino de la Octava Brigada de Infantería con asiento en la ciudad de Puerto Montt. El gobierno destacaba el conocimiento y aporte de estas personas para con la nación.

50 años | 30 de abril de 1966

Plan quinquenal para embellecer la ciudad

El arquitecto, señor Mario Recordón, envió al alcalde de la ciudad, señor Floreal Recabarren una serie de proyectos para embellecer la avenida Costanera desde el Club Las Almejas, hasta el Automóvil Club. El proyecto fue calificado de futurista y es por ello que en el ayuntamiento desean concretarlo en un plan quinquenal.

10 años | 30 de abril de 2006

Construirán el telescopio más alto del mundo

Científicos norteamericanos construirán un telescopio de 25 metros de diámetro que se ubicará a 5.600 metros sobre el nivel del mar, en el cerro Chajnantor, 550 metros más arriba y a 5 kilómetros del gigantesco radiotescopio Alma en actual construcción. The Cornell Caltech Atacama será el telescopio más alto del planeta.

Quisiera retomar algunos de los datos entregados sobre el sector minero chileno a partir del informe de la organización internacional Csiro (Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth de Australia). Esta organización realizó el 2014 una encuesta a 1.598 personas chilenas, distribuidas un 44% en zonas mineras, un 31% de zonas no mineras y un 25% en la capital nacional. El presente texto se enfoca en la sección 1, relacionada con lo que representa la minería para los chilenos.

El informe señala que la experiencia internacional reconoce que la relación entre la minería y la sociedad no es fácil. Así, el propósito del estudio era comprender cómo afectan, por un lado, los impactos y los beneficios de la industria; y por otro, la relación entre la industria minera, el gobierno y la sociedad; al nivel de aceptación de la minería entre los chilenos, elementos fundamentales para obtener la llamada Licencia Social para Operar.

En primer lugar, se reconoce la relevancia de la industria minera para la economía chilena, el nivel de vida y la prosperidad futura de Chile. En todas estas dimensiones los encuestados a nivel nacional expresan un alto acuerdo promedio con la afirmación. En segundo lugar, respecto de la imagen de que la minería no es necesaria para Chile, el promedio de las opiniones baja, indicando que no están de acuerdo.

Estos resultados indican una opinión bastante favorable de la población sobre la actividad minera, primero como una actividad central para el país. Otro elemento importante asociado a estos hallazgos es que no hay diferencia entre las regiones mineras y no mineras en estas opiniones, solo se destaca una mejor evaluación relativa en la Región Metropolitana. Un tercer elemento es que la visión crítica frente a la minería, condensada en la afirmación de que ella no es necesaria para el país, alcanza bajos niveles de logro, persistiendo aquí la diferencia entre regiones no metropolitanas (mucho más críticas) y la Región Metropolitana.

Estos resultados indican que la actividad minera cuenta con un capital reputacional positivo que constituye un activo importante sobre el cual se construye su licencia social de operación. No obstante, la construcción de la misma es más compleja de que lo que reseño en esta nota, por lo que invito a la revisión completa del estudio citado.

Marcelo Lufin

Departamento de Economía, Idear UCN