Basura, escombros y cercos de plástico tiene el socavón de 15 metros que adorna la entrada al sector Altos Gran Vía (Parque Inglés). Creado naturalmente el 25 de marzo del año pasado por un alud, por sus grandes dimensiones, dificulta el tránsito y generan peligro en los automovilistas.

Para esquivarlo, en plena curva, los conductores se desplazan en el medio de la calzada. Esta situación indigna a los vecinos del sector, ya que luego de acostumbrarse a la presencia del evento, temen que suceda un accidente en la noche con alguien que no sepa que hay un hoyo de aproximadamente 20 metros de profundidad.

De acuerdo al Serviu de Antofagasta, este terreno pertenece a un privado, por lo que no tienen injerencia en el lugar. O sea, no pueden hacer por reparar ese sector de la vía que une este barrio residencial con la Coviefi .

"Uno comúnmente pasa por ahí y en cualquier momento se puede venir abajo. Yo creo que alguien tenga un accidente recién van a reaccionar, porque la gente siempre reacciona tarde con estas cosas", dijo la vecina del sector, Verónica Marín.

Colector

Más al sur, en otro socavón ubicado en Antilhue con Colihue el panorama es un tanto más alentador. El 5 de abril comenzaron las obras de reparación a cargo de la empresa FCAB con una inversión de 21 millones de pesos.

La obra es un captador de aguas lluvias que encauzará las precipitaciones para que fluyan desde Antilhue Alto con Colihue hacia Antilhue Bajo con Trumao.

Al respecto, el gerente general de Mantención de FCAB, José Brown, manifestó que "realizaremos estos trabajos para disminuir el impacto del material desprendido por erosión y socavamiento de la vía férrea, que llega en parte a las viviendas ubicadas en la parte baja".

En el sector 'El Trocadero' también se formó un socavón del que se hará cargo el municipio. El director de Secoplan, Dante Novoa, dijo que las reparaciones se anexan al proyecto de ciclovías y mejoramiento de bandejones centrales que desarrollan en el sector norte.

"Son cuatro socavones, uno en la rotonda (Pedro Aguirre Cerda), Trocadero, en la casa San Luis, y en avenida Las Palmeras hacia el borde. Son 40 millones adicionales y que amplió en 50 días el plazo, finalizando el 25 de junio", dijo.

Los seis concejales de María Elena solicitaron a Contraloría auditar al municipio salitrero para aclarar el uso que se dio a cuantiosos recursos de la comuna.

Los ediles ingresaron la semana pasada una petición escrita al organismo de control exponiendo el caso y ayer sostuvieron una reunión con el contralor Víctor Henríquez para insistir en la necesidad de una fiscalización profunda.

De acuerdo a la presentación realizada, en la Municipalidad de María Elena existe un serio desorden financiero, el cual habría sido reconocido por el propio encargado de finanzas de la casa consistorial, Patricio Rojas, en una sesión celebrada el pasado 12 de abril.

"Cometí el grave error de hacer una sola caja pagadora independiente de los orígenes de los recursos y su correspondiente uso", fueron las palabras del funcionario durante aquella sesión, según los denunciantes.

Al ser consultado el destino de los recursos (patentes mineras, aportes para educación y sectoriales), el encargado de finanzas habría declarado no saberlo con exactitud.

Déficit

Los concejales expresan que en la misma sesión fue presentado un power point donde se estimó un déficit de $600 millones, versión que habría sido confirmada por la Dirección de Control del municipio.

Debido a lo delicado del caso, dos días más tarde los concejales se autoconvocaron y decidieron presentar los antecedentes a Contraloría.

La concejal Viviana Cuello explicó ayer que el desorden financiero en la municipalidad es de tal gravedad, que al 12 de abril (fecha de la sesión), en caja sólo existían $53 millones.

"Hoy nosotros tenemos paralizada la municipalidad, porque si no tenemos dinero, cómo vamos a poder funcionar", manifestó la edil.

Cuello (RN) asistió ayer a Contraloría junto a los concejales Jacqueline Godoy (RN), Jorge Ramírez (PS), Carlos Hidalgo (Ind.), Nelson Avendaño (UDI) y Carlos Ardiles (UDI), para pedir una acuciosa fiscalización.

Hidalgo dijo que aunque en los últimos días se ha ido aclarando el destino de algunos recursos, persiste el misterio respecto a fondos cuantiosos.

Agregó que la situación actual compromete seriamente la labor del municipio y los está llevando como concejo a rechazar numerosas erogaciones para no comprometer aún más las finanzas.

La concejala Jacqueline Godoy precisó, por su parte, que una vez conocidos los resultados de la auditoría, evaluarán si corresponde o no presentar el caso ante el Tribunal Electoral u otro organismo.

En total 448 flamencos andinos fueron anillados en la laguna Puilar del Salar de Atacama, ubicada en el Sistema Hidrológico Soncor, de la Reserva Nacional Los Flamencos. Este procedimiento permitirá mantener el seguimiento de los desplazamientos, migraciones, reproducción y alimentación de estas aves en el norte de Chile y los países fronterizos.

Este anillamiento forma parte de las acciones que se realizan bajo el Plan Nacional de Conservación de Flamencos y del programa internacional de Conservación de Flamencos Altoandino, organización que reúne a Bolivia, Argentina, Perú y Chile.

La Comunidad Indígena Atacameña de Toconao, SQM y la Corporación Nacional Forestal, Conaf Antofagasta, fueron los encargados del realizar el anillado.

Alejandra Castro, guardaparque encargada de biodiversidad provincial y del programa flamencos regional, explicó que "en este procedimiento se puede observar tres especies de flamencos: los andinos, james y flamenco chileno, pero sólo se anilla al flamenco andino, porque esta es el área de mayor concentración y nidificación de esta especie".

Agregó que "el objetivo principal es poder establecer las rutas migratorias, su distribución sudamericana. Asimismo, si regresan a su área de reproducción y de alimentación".

Código

La población actual de los flamencos andinos es cercana a los 38 mil ejemplares. Sin embargo, se realiza el anillamiento a polluelos de hasta tres meses que aún no cambian el pelaje para volar.

El proceso de anillamiento consiste en instalar en una de las patas del flamenco un anillo codificado, que es un cilindro de plástico de doble capa, fabricado en Estados Unidos, el cual lleva impreso un código único de cuatro letras destinado exclusivamente para Chile.