"Hay cambios, pero nos sentimos cómodos porque jugamos mano a mano, como siempre".
Gonzalo Jara — Defensor de Chile apoyando el trabajo de Juan Antonio Pizzi
"Es un voladero de luces, una utilización política de Bolivia en este tema".
Heraldo Muñoz
Canciller responde a Evo Morales tras demanda por el río Silala
El panorama en las diferentes quebradas de Antofagasta es más que preocupante. Toneladas de basura obstruyen el paso en las vías aluviales ante eventuales precipitaciones que aparecen con el cambio de estación.
Pese a las advertencias y recomendaciones sobre el tema por parte de las autoridades y organismos de emergencia, estos espacios son vistos por muchos vecinos como enormes botaderos de desperdicios y escombros, situación que se arrastra por años.
Estas piscinas de decantación fueron construidas tras el aluvión del 18 de junio de 1991, tragedia donde 92 antofagastinos perdieron la vida y otros 16 desaparecieron debido a la fuerza sin control del agua y el barro por las pendientes de la ciudad.
El actual escenario es grave y hay que tomarlo con la seriedad que corresponde ante la ocurrencia de un evento climático de enormes dimensiones, en especial para la población que vive en el perímetro de las quebradas La Cadena, Baquedano I, Baquedano II y El Ancla, entre otras.
Refrigeradores, colchones, mesas, materiales de construcción, desperdicios domiciliarios y botellas son parte del panorama en estas vías, donde también habita una decenas de personas en carpas y chozas, con el consiguiente riesgo que todo esto significa.
El municipio sólo en enero retiró alrededor de 85 toneladas de desperdicios, cifra que deja en claro que estamos ante una situación delicada y que necesita de la colaboración de todos. Ni las sanciones económicas resultan disuasivas ante estas malas prácticas.
Hay que reiterar que estos espacios significaron millonarias inversiones del Gobierno Regional, cuyo único fin es controlar y neutralizar los caudales ante situaciones inesperadas de precipitaciones.
Lamentablemente, toda esta basura impide la función para la cual fueron habilitadas estas vías aluviales y, lo que es peor, las convierten en un grave peligro de ocurrir un fenómeno pluviométrico de grandes dimensiones.
Es necesario aprender de las lecciones del pasado y entender que estos espacios pueden salvar vidas, siempre y cuando estén en condiciones óptimas.
La peligrosa acumulación de basura y escombros en las quebradas y vías aluvionales de Antofagasta es una triste y preocupante fotografía de una cruda realidad que parece sólo destaparse cuando nos acercamos a periodos de lluvia. En esta realidad inciden muchos factores, la proliferación de campamentos, la desidia de las personas y también la negligencia de algunas empresas. Es por esto que el problema persiste los 365 días del año y cuya causa se puede evitar si logramos cambiar esta arraigada y negativa costumbre de algunos ciudadanos: la comodidad de desechar los residuos en cualquier espacio lugar de la ciudad.
La responsabilidad de la mantención de la limpieza no es sólo una responsabilidad única de los organismos públicos, también de la disposición de las personas. Debemos sopesar la raíz de estos malos hábitos: la inconsciencia por una buena calidad de vida personal y la del vecino.
Como municipio estamos realizando nuestra tarea. No obstante, necesitamos la colaboración de todos los entes para lograr que Antofagasta sea una comuna limpia. Ayer conmemoramos un año de las peores precipitaciones que han afectado a la comuna después del aluvión de 1991 y que dejaron el triste saldo de dos fallecidos y centenares de damnificados, una realidad que no debemos estar dispuestos a repetir.
Como parte de la tarea municipal, pero también de un esfuerzo y compromiso mayor por nuestra ciudad, los funcionarios de aseo realizan todos los días un completo programa de limpieza a fin de evitar la acumulación de estos residuos. En el caso de aquellas quebradas que presentan piscinas decantadoras, se efectúa la limpieza en los primeros 100 metros y se ejecutan intensos trabajos en aquellas que no poseen estos elementos de contención.
Dentro de las gestiones medioambientales, cada vez vemos más cerca la concreción del primer relleno sanitario, anhelado hace más de 50 años. Paralelamente, el municipio está ejecutando la primera etapa del plan de remediación en el vertedero y sector La Chimba, cuyo plazo termina a fines de este año. Estamos también estamos trabajando en la concreción de un depósito de residuos de la construcción.
Es de ensueño imaginarse un futuro distinto sin los percances mentados, y también es cierto que no debemos involucrar a todos los antofagastinos en este saco, pero el cómplice silencioso de estos actos también se convierte en un infractor social. Debemos cuidar nuestros espacios públicos.
Karen Rojo Venegas
Alcaldesa de Antofagasta
En el despoblado mineral de Caracoles, a unos 200 kilómetros de Antofagasta y a unos 2 mil metros de altitud, eran pocos los factores que podrían alegrar la vida. Se creía que la mayor necesidad era la música y de allí el tenor de este aviso: "Se necesitan seis guardianes, prefiriéndose a los que sepan tocar algún instrumento".
El edificio más largo de Chile será construido por la Caja de Previsión de Empleados Particulares en el sector habitacional de Gran Vía, en la ciudad. La construcción tendrá una extensión de 380 metros y la superficie edificada será de 23 mil metros cuadrados. Será un conjunto de bloques unidos de 306 departamentos.
Comenzó la cuenta regresiva para la ambiciosa segunda etapa del balneario artificial El Trocadero. En los próximos meses partirán los trabajos que involucran modernas zonas de esparcimiento y mobiliario de última generación. Ya fueron invertidos $1.100 millones para la habilitación de 190 metros de playa.