Rapel: la nueva disciplina extrema que suma adeptos en Antofagasta
VIVENCIAL. Un grupo de deportistas se reúnen todos los sábados en la mañana para realizar descensos por los acantilados de la Población Coviefi en un ambiente familiar.
"Este deportes es más seguro que jugar fútbol" comenta Sergio Rojas mientras va entregando los implementos de seguridad para hacer rapel a un grupo de mujeres junto a sus hijos.
Muchos de ellos vivirán la experiencia de bajar por primera vez los acantilados de la Población Coviefi a través de cuerdas.
La implementación no es muy sofisticada, pero cumple plenamente la función de proteger el cuerpo mientras comienza el descenso de los cerca de 80 metros que hay desde la cima hasta la zona baja.
"Ningún nudo se hace al azar. Todo tienen un objetivo y la seguridad acá es fundamental. Muchos dicen que estamos locos por hacer esto, pero entre más extremo es el deporte, mayor es la seguridad", continúa diciendo Rojas, con 35 años de experiencia en esta actividad.
Con calma me ajusta el arnés y los ganchos para la seguridad. Lo mismo hace otro grupo de mujeres a un costado.
Tras una charla explicativa y una pequeña práctica en unas cuerdas estiradas a lo largo del cerro, llega la hora del descenso.
Una mano en un pequeño cordel que "frena" la bajada y la otra afirmando la cuerda en la zona de los muslos. Es hora de bajar el acantilado. Piernas abiertas y firmes con todo el pie apoyado en la pared de roca.
Los primeros metros son lentos e intento acomodar mi cuerpo de la mejor forma para no sentir el desgaste de sostener mí peso a 80 metros del suelo, la gravedad hace lo suyo.
Sergio Rojas comienza a conversar sobre su experiencia mientras guía el descenso. A un tercio de trayecto ya se siente algo de cansancio en los brazos y el "camino" se pone más difícil. Comienzo a bajar en 90 grados y cuesta mantener el equilibrio.
Historia
El rapel tiene sus orígenes en tácticas militares que utilizaban los Hunos en sus distintos combates que permitían descender verticalmente las montañas y así tomar ventaja sigilosa sobre sus rivales. Posteriormente esa técnica comenzó a ser usada en el andinismo con vital importancia en los rescates en altura. Recién en los últimos años fue adoptando ribetes deportivos y ampliándose para la práctica masiva.
En la actualidad se han creado diversas competiciones de esta especialidad, que comienza a sumar adeptos en la ciudad tras su llegada en la última década.
Los acantilados de la Coviefi y algunas quebradas en el sector La Chimba son los lugares preferidos por los antofagastinos que realizan esta actividad.
El descenso continúa, ya a mitad de camino es evidente la pendiente y la bajada es más complicada. Las medidas de seguridad, además del acompañamiento de Sergio como guía, hacen que exista tranquilidad en las partes donde el cerro se vuelve más resbaladizo.
En los últimos metros existe verticalidad negativa, que hace perder el equilibrio en ciertos momentos donde la fuerza de los brazos y piernas son fundamentales para culminar el trayecto que dura cerca de 10 minutos.
Ya en la parte baja Sergio pregunta sobre la dificultad del descenso mientras descansamos. Otro grupo ya se prepara a bajar, algunos ya sin asistencia por la cantidad de descensos que han realizado.
Sergio Rojas es propietario de Fiambala Aventura, empresa de deportes extremo que incluye el rapel, senderismo entre otros.
Para participar de esta actividad, los interesados deben dirigirse a la página de Facebook de la firma. El valor de inscripción para rapel es de $15 mil con el fin de renovar materiales.
$15.000 inscripción para los descensos estilo rapel a cargo del instructor Sergio Rojas (Fiambala Aventura)