Un paso revolucionario viene para los próximos años en materia de transporte y del tránsito en las calles de Antofagasta, cuya protagonista es la siempre vigente bicicleta.

El seremi del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Mauricio Zamorano, realizó una auspiciosa proyección sobre el impacto que tendrá el uso de este vehículo de dos ruedas en la vida de los antofagastinos. La meta es que 11 mil personas se movilicen por este medio al 2020.

La cifra de por sí ya es atrayente y a partir de este año comenzará la construcción de nuevas ciclovías, un circuito de más de 6,4 kilómetros que se sumarán a los 14 kms. ya existentes en la Costanera Norte y que lo conectará con el centro, hasta el sector del Parque Brasil.

Esta vía destinada para los ciclistas cambiará el rostro de la ciudad, transformará los hábitos de los antofagastinos y vendrá acompañada de una serie de importantes beneficios, tanto en la salud como en la economía familiar.

Esto último tiene plena validez ya que este tradicional vehículo combina dos aspectos de gran importancia: el primero, como garante de la vida saludable, y el segundo como un eficaz medio de transporte, tal como sucede en las grandes ciudades de los países desarrollados.

Y en este punto las razones son más que evidentes. La bicicleta es un medio barato, no contamina, tampoco provoca congestión, ocupa un reducido espacio y su uso sólo necesita de voluntad y ejercicio, lo que ya le da una serie de ventajas comparativas para lograr masividad.

Este medio además aparece como una solución ideal a la serie de problemas de "tacos" en la capital regional, con el claro propósito de hacerla más amigable e inclusiva.

De esta manera, los usuarios tendrán en el mediano plazo vías exclusivas de alto estándar para transitar con total seguridad y en forma expedita, a diferencia de lo que ocurre actualmente donde los ciclistas deben lidiar con los automovilistas.

Así, la bicicleta recupera su sitial y promete estar más vigente que nunca.

"Desde el punto de vista de la inversión, de la actividad productiva, este país estaba concentrado hacia la zona de Copiapó, y debería irse más para el lado de Curicó, o sea, sectores agroindustriales e industriales, más que la fortaleza minera". Esta frase no es nueva, es de agosto pasado, y es un pensamiento del exministro de Economía, Minería y Energía en el gobierno del Presidente Lagos y exconsejero y expresidente del Banco Central, José de Gregorio.

Podría quedar allí, pero lamentablemente ha sido repetida por otros analistas económicos y pareciera estar tornándose en consenso, por lo menos concuerda con el pensamiento de subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco. Preocupa, porque de ese consenso a ser la premisa que direccione las políticas públicas reactivadoras de la economía, no hay separación. De paso esta frase refleja lo que piensa gran parte del centro intelectual de nuestro país, que Chile comienza en el norte por Copiapó.

Erróneamente, no es en Copiapó donde se han concentrado las inversiones de nuestro país en los últimos 20 años, sino en Antofagasta. En las últimas décadas, un tercio de toda la inversión privada nacional, se ha concentrado en nuestra región. Hoy, con todo el impacto de la ha tenido el frenazo de la economía, según cifras recién entregadas por la Corporación de Bienes de Capital, Antofagasta sigue acumulando el 33% del total de la inversión del país para el quinquenio presente, US$17 mil millones, superando, como lo hace desde hace muchos años a la Región Metropolitana, que recibe US$14 mil millones, el 27,3% del total, quedando muy atrás el resto de las regiones. En tercer lugar, con un 10%, US$5 mil millones se ubica Biobío.

Lamentablemente, es en las regiones agrícolas y forestales donde se concentra la pobreza de nuestro país. En Chile, agricultura es sinónimo de pobreza para la población de esas regiones.

Las autoridades y los analistas económicos deben entender de una vez, que el potencial económico del país está y seguirá estando en el norte, más al norte de Copiapó y que es potenciando este norte y la minería. Las propuestas existen desde hace muchos años. Antofagasta las impulsa desde hace dos décadas, hoy se renuevan y expanden en el documento presentado por Alianza Valor Minero, traducidas en la Agenda Estratégica "Minería: una plataforma de Futuro para Chile".

El futuro de nuestra región, por tanto del país, depende que podamos generar las condiciones para que se cumpla esta agenda.

Antonio Sánchez

Director de la Cámara de Comercio

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