Cada año y con mayor frecuencia, millones de personas sinceras se preguntan dónde quedó el sentido de la Navidad. Lo que parece un cliché, no es nada más que el intento por hacer un alto en el desenfrenado dinamismo de estos días, para entender cómo surgen hoy aquellas acciones y sentimientos que terminan por cuestionar el significado que por siglos se ha tratado de dar a esta fiesta.
Si bien no existen registros históricos claros y objetivos respecto a la fecha de nacimiento de Jesús, la sede en Roma de la naciente Iglesia Católica instituyó en el Siglo IV esta fiesta, la cual se ha buscado revestir de valores cristianos. En 2014 el papa Francisco hacía un llamado a celebrar "una Navidad verdaderamente cristiana, libre de toda mundanidad".
Sin embargo, impactado por el escenario mundial y especialmente después de los atentados en país, el mismo Sumo Pontífice reconoció en noviembre que "está llegando la Navidad y todo se llenará de luces, árboles y belenes. Pero todo será falso porque el mundo continuará haciendo guerras".
Vivimos en tiempos en que pareciera que cada oportunidad que se le presenta al ser humano para fomentar su individualismo y su egocentrismo, no pasa inadvertida. De hecho, la espiritualidad se declara estadísticamente en retroceso.
Una investigación de Latinobarómetro mostró que entre 1995 y 2013 la población católica en Chile pasó de un 74% a un 57%, mientras que los no creyentes pasaron de un 8% a un 25%. Aun así, fiestas que nacen con un sentido religioso sobreviven, sin embargo, con ribetes como los que hoy vemos.
En medio de una celebración donde deberían primar la esperanza y el amor, no es raro encontrarse con discusiones e insultos en las filas de los centros comerciales atochados de compradores; o los ataques entre conductores en medio de los tacos en las calles. Un periodo en el que el estrés y la angustia se consolidan.
Una muy buena reflexión en estos días, es ver qué lugar le está dando el ser humano a los valores que se busca promover en los últimos reductos para el espíritu que van quedando en una sociedad cada vez más materialista.