Tamara Miranda Varela
"Lo que ven acá es un simple clip. Cuesta menos de $50, pero es un invento fascinante. Pero si yo lo tomo y lo desarmo queda como un miserable alambre, pero a alguien se le ocurrió crear este clip. Todos ustedes tienen que hacer lo mismo con sus vidas. Transformarlas", dice el padre Felipe Berríos a un centenar de personas que están sentadas en el salón-auditorio de 'El Mercurio de Antofagasta'.
Es la premiación de los jóvenes líderes 2015. El padre Berríos, en su estilo, continúa con la charla bromea con las autoridades y vuelve a su lugar. Llegó a la ceremonia con un overol azul y con una mochila de género. Después de la ceremonia, volvió al campamento, lugar donde reside desde hace un año.
En esta entrevista, cuenta sobre la experiencia de vivir en la capital minera del país y la visión que tiene sobre el desafío de los políticos para las próximas elecciones municipales.
¿Cree que ha logrado un cambio de mirada en el problema de los campamentos y la pobreza en general entre las autoridades políticas de la ciudad?
-Sería muy pretencioso de mi parte creer que haya logrado eso y también sería como mirar en menos a las autoridades. Creo que ellos tienen bastantes elementos para tomar decisiones. Pero lo que podría decir, es que desde que estoy viviendo allá ha traído la mirada de los campamentos que a veces la sociedad lo había ignorado o había dejado de mirarlos.
¿Cree que en las próximas elecciones pueden los candidatos, peligrosamente, enfocarse a temas de seguridad ciudadana por ejemplo para conseguir votos?
-El que se haya planteado lo de una nueva constitución, obliga que la gente le pregunte a los candidatos cosas que no son fáciles de responder. Es importante que los electores piensen qué país queremos y la sociedad que queremos formar. Esa serán las preguntas qué van a rondar ¿Cuáles son nuestros sueños? ¿Qué vamos a forzar? Ellos se verán a obligados a responder estas preguntas y eso es muy interesante para todos quienes formamos esta sociedad.
Desde su perspectiva, ¿cuál es la responsabilidad que tienen los próximos políticos con la Región de Antofagasta y nuestra comuna?
-Es clave. Se puede prescindir hasta del fútbol, pero no de la política, la política es clave. Y los políticos son un espejo de lo que somos los chilenos. Por lo tanto todas las críticas que les hacemos son las críticas que nos tenemos que hacer nosotros mismos. Pero no se van a solucionar los problemas sociales, económicos, de la ciudad y del país si no tenemos buenos políticos. Por eso es muy importante que en estas elecciones sepas elegir bien.
¿Cómo ha sido la experiencia de vivir en los campamentos?
-Es muy especial. Vengo de vivir cuatro años en el Congo y es otro tipo de pobreza. La pobreza que hay en Chile es de consumo y viven en medio de la basura. Allá no hay basura porque no hay consumo, pero me he sentido muy bien. Para mí ha sido una especie de posgrado en humanidad. Creo que la gente me está enseñando a cómo ser sacerdote, el sacerdocio que soñó Vaticano II (concilio). Un sacerdote cercano a la gente y que nos enseñe a ser sacerdote.
Crisis
¿Cuál es la mirada que tiene usted sobre la iglesia católica?
-Creo que la Iglesia sigue viva. La gente que coopera con los vecinos, que va a los hospitales, las religiosas que se la juegan, los laicos que están pendientes de su comunidad. Ahora la Iglesia jerárquica es la que está en un serio aprieto porque la cultura está cambiando. Como dijo el Papa tienen que dejar de verse como príncipes para verse como servidores de la gente que es lo que nosotros esperamos y se desprende del evangelio y que Vaticano II ha pedido y que el mismo Papa ha dicho. Queremos pastores sencillos y cercanos a la gente.
¿Ha sentido alguna vez temor de vivir en campamentos?
-Cuando uno habla de los campamentos o los enfermos con Sida o los presos, es muy distinto cuando a esa generalización le pones rostro y nombre y dejan de ser gente de campamentos y pasan a ser personas con nombre y apellido. El contacto con la gente te hace ver seres humanos como todos nosotros. Eso hace diferente todo.
¿Cómo se puede aprovechar la crisis de confianza para provocar cambios y ayudar al que país sea más igualitario?
-La crisis de confianza no es un país que va cayendo sino que un país que va creciendo y al crecer exigimos nuevos estándares de confiabilidad y transparencia. Otro tipos de relaciones de poder y humana. En ese sentido soy muy optimista porque esa crisis de confianza no se produce de un país que está fracasando, sino que de un país que crece. Creo que crecimos económicamente, pero no humanamente y eso está pasando ahora.
Problemas
Usted vive en un sector que tiene muchos problemas tanto de consumo como de microtráfico. ¿La política que tiene Chile en cuanto a la criminalización de las drogas es la más adecuada o debe reformarse?
-No soy experto en el tema, pero creo que vivimos en una sociedad que es adictiva. Estamos adictos a las compras, al consumo, a los deportes. La droga es un problema de salud pública más que de algo policial. Porque la persona que es adicta es una persona que está enferma y que necesita de nuestro apoyo. El problema de las drogas tiene que ser abordado por el sistema de salud y no la justicia.
¿Cuál es el camino que debe tomar Chile en cuanto a la inmigración?
-Hasta el momento ha sido el mercado la oportunidad que ha traído a los inmigrantes. El ideal sería que fuera una política de Estado lo que los atraiga y eso me parece que está en el Congreso y saldrá el primer semestre del próximo año. Habría que revisarla, pero nos cambiaría la mirada si nos diéramos cuenta que los extranjeros son una riqueza para el país no son un estorbo. Son más riqueza que el cobre porque nos harán más inteligentes, más creativos y más humanos.
¿Cuáles serían las ventajas y desventajas que tiene nuestra ciudad?
-La ventaja es que es un Chile chico. Es larga, está ubicada entre el cerro y el mar. Tiene todo lo bueno y lo malo que tiene nuestro país. Eso te da una cantidad de oportunidades de reflexionar y hacer cosas concretas. Lo que sí, me gustaría que los antofagastinos quisieran más su ciudad. Yo la encuentro linda y hay una enormidad de oportunidades.
En cuanto a las desventajas es que ha sido una ciudad muy grande y se ha armado en la cultura lo de extractivo, sacar, sacar, sacar y botar. Mientras sigamos con esa mentalidad no vamos avanzar. Tiene que ser una cultura inclusiva y que haga ciudades más humanas. Hay que construir y plantar ideas
¿Qué le parecen las soluciones que está entregado la Intendencia en relación a los barrios provisorios formada por gente de campamentos?
-Antes no eran tema los campamentos, ahora lo son. Nos hemos dado cuenta que están. Un problema se transforma en un problema cuando tú no lo ves. Cuando ves se transforma en un desafío y eso es lo que se descubrió.
¿Cuál es el desafío que tenemos para crear mayor arraigo?
-Me da la sensación que no hemos descubierto de todo el potencial que hay en Antofagasta y sus alrededor turísticos. Hay que apreciar a los que se quedan. Está llena de riquezas que son tan comparables como la riqueza del cobre, pero hay que descubrirlas.
¿Qué le parecen las soluciones que está entregado la intendencia en relación a los barrios provisorios formada por gente de campamentos?
-Antes no eran tema los campamentos, ahora lo son. Nos hemos dado cuenta que están. Un problema se transforma en un problema cuando tú no lo ves. Cuando ves se transforma en un desafío y eso es lo que se descubrió.
¿Cuál es el desafío que tenemos para crear mayor arraigo?
-Me da la sensación que no hemos descubierto de todo el potencial que hay en Antofagasta y sus alrededor turísticos. Hay que apreciar a los que se quedan. Está llena de riquezas que son tan comparables como la riqueza del cobre pero hay que descubrirlas.
"Los políticos son un espejo de lo que somos los chilenos. Por lo tanto todas las críticas que les hacemos son las críticas que nos tenemos que hacer nosotros mismos. Pero no se van a solucionar los problemas sociales, económicos, de la ciudad y del país si no tenemos buenos políticos".
entrevista. felipe berríos, sacerdote jesuita: