Deus ex machina
Leer la novela La tienda de regalos de Andrés Olave, publicada por Abducción Editorial en julio de este año, es equivalente a traspasar un umbral que lleva a un mundo despojado, terminal, en donde las motivaciones de los personajes son desesperadas y absurdas. Ante la inminencia de un fin de época por la colonización de seres de otros planos de existencia u otros planetas, los habitantes de una Valparaíso caótica y desquiciada se debaten entre sexo maquinal, peleas, confusión y robo de energía vital, cuál ciborgs de una historia de ciencia ficción porteña. Ya Olave había sido Coautor de la novela de ciencia ficción Proyecto Apocalipsis, publicada por el sello editorial de Arica Cinosargo en 2011 y ha escrito dos novelas que demuestran la influencia de sus lecturas favoritas declaradas: las novelas metafísicas del maestro de la ciencia ficción Philip K. Dick, los artificios literarios distópicos de William Gaddis y las teorías conspiracionales y prosa paranoica de Thomas Pynchon. Ergo, en La tienda de regalos cualquier cosa es posible.
La tienda en sí, funciona como un no lugar abierto las 24 horas en el muelle Barón, que sirve a los personajes como un refugio y faro ante este posible cataclismo. Este verdadero "ojo ciego" que no parpadea recibe a los seres de la noche: vagabundos, prostitutas y otros viajeros marginales que recalan allí. Su dueño, Ted Bogger, es quién comienza a ver visiones de "ashures" o entes desconocidos en el cielo. Su único empleado, el chino Liu Tan, nieto de la revolución cultural, finge ser poeta para conseguir mujeres, mientras que Rogelio Ministerio, muere por negligencia médica y en el cielo queda a merced del capricho de los de arriba, designan a un sumerio venido del pasado, Ningizzida, como su custodio.
Este texto satírico-fantástico tiene buenos momentos de humor, un óptimo uso del lenguaje y una trama enrevesada colmada de dioses desconocidos, mundos paralelos y elementos cercanos al ciberpunk, en donde el autor opera como un verdadero Deus ex machina del teatro griego que, como un dios tirano, nos lleva a sitios y situaciones a los cuales, por cuenta propia, jamás nos habríamos asomado.
María Constanza Castro M.
Académica Escuela
de Periodismo UCN
Máster en Literatura.