Reacciones ciudadanas
Si bien las detenciones ciudadanas están admitidas por la legislación, lo que corresponde es llamar a la policía y entregar al supuesto delincuente. Lamentablemente, se puede observar, en especial en las redes sociales, un alto grado de insatisfacción de la gente con la justicia y una falta de confianza en que se aplique sanción real a los delincuentes.
Los medios de comunicación difundieron ampliamente que tras la experiencia vivida por una niña de 5 años que sufrió una agresión sexual en La Unión, la comunidad reaccionó en forma violenta contra el supuesto agresor. Los pobladores, al saber que el hombre tenía antecedentes por otro hecho similar y que estaba libre, quemaron sus enseres y destruyeron la vivienda.
El panorama que quedó después del paso del grupo fue desolador, sobre todo porque era un lugar que no pertenecía al imputado. También se han conocido reacciones parecidas de la ciudadanía, como el caso del sicópata de Isla Teja, o el ladrón amarrado con plástico a un poste en el centro de Santiago.
¿Por qué se llega a esta decisión comunitaria de hacer justicia por cuenta propia? Lamentablemente, se puede observar un alto grado de insatisfacción de la gente con la justicia y una falta de confianza en que se aplique sanción real a los delincuentes. Se puede palpar al leer los comentarios a estas noticias en las redes sociales, que la actitud mayoritaria es de respaldo y comprensión a las acciones violentas. Muchos dicen que, ante la posibilidad de que un agresor quede libre o no se le imponga una pena, es mejor que la ciudadanía le dé un castigo.
A primera vista este argumento puede parecer lógico; sin embargo no se debe olvidar que los linchamientos, la destrucción de una casa, las golpizas en la calle, son hechos ilegales, reñidos con todo espíritu cívico y contrarios al respeto de los derechos de las personas, que no se pierden aunque ellas hayan cometido un delito. También se olvida que en ese aparente afán de justicia, se atropella a otros inocentes.
Si bien las detenciones ciudadanas están admitidas por la legislación, lo que corresponde es llamar a la policía y entregar al supuesto delincuente, acompañando las pruebas que hubiese y declaraciones de los afectados y testigos. Pero no está permitido golpearlo y pretender ejercer justicia por cuenta propia.
Es necesario, entonces, hacer un llamado a la sensatez. Pero también a que las autoridades reaccionen ante las señales que da una comunidad que no se siente protegida por sus instituciones.