El Barómetro Imagen Ciudad 2015 desarrollado por la consultora Visión Humana, "reafirmó" la imagen de que Antofagasta es una ciudad que ofrece buenas oportunidades laborales y de estudio, pero es poco atractiva para vivir o visitar.
Guste o no, así ven en el resto de Chile a nuestra capital regional.
Un punto de discusión es precisar si esto es un problema. Y claro que lo es. En la medida que la capital regional es apreciada como un buen lugar para vivir, retiene su talento y es capaz de atraer a personas de valor desde otras regiones del país y el mundo.
La entrega de este año no cambia mucho respecto a la de 2014, lo que necesariamente parece implicar que la ciudad sólo es apreciada como un "campamento de servicios" para la actividad minera.
El economista Antonio Sánchez precisó en este mismo Diario que una encuesta del INE precisa que los trabajadores que conmutan hacia nuestra región, perciben en promedio una remuneración que casi duplica el promedio de sus propias regiones. Esto implica que Antofagasta deja de recibir US$66 millones mensuales, equivalentes a US$735 millones anuales.
Es complejo analizar fenómenos ligados a las percepciones, como en este caso. Antofagasta es por lejos la ciudad más importante del Norte Grande, es un hito en el mundo, posee las mejores universidades y salud de esta parte del país, sin embargo, éstos y otros indicadores no parecen suficientes para cambiar una imagen pobre y por cierto errada.
No se trata de sostener que la capital regional es la mejor, porque no es cierto, tiene déficit, pero todos son remediables, y lo que es mejor, las expectativas a futuro son notables.
En esto serán clave las convicciones, los proyectos, el buen ánimo, el afecto por la tierra y el orgullo de vivir aquí. Mejorar la ciudad exige primero cambios culturales que son posibles.
Antofagasta reclama calidad de vida y puede mejorarla porque tiene atributos para ello.
Pensemos en grande, trabajemos por construir la mejor de las ciudades.