Unos 57 mil extranjeros le dan color a la región, en especial en la capital regional, la hacen distinta; sin embargo, esto crea, efectivamente, problemas de convivencia. Pero no es el único fenómeno. La ciudad está segregada y mucho. El padre Felipe Berríos precisa que "el sistema de libre mercado genera segregación. Las personas necesitan destacarse con su ropa, un auto, el barrio y así la ciudad comienza a segregarse, y esta segregación es una violencia permanente, porque genera marginación". "El antofagastino es generoso, quizás se le metió el 'bichito' del sistema extractivo, pero es muy generoso. Es como el desierto, parece que no hay nada, pero nos entrega mucho", detalló.
El orgullo de vivir acá
Una reciente encuesta de Adimark dio cuenta que el CDA era el quinto club más popular en la ciudad, después de la "U" , Colo Colo, la UC y Cobreloa. ¿Es esto normal?, No. ¿Sentimos prestigio por vivir acá? La periodista -y optimista declarada- Marcela Munita dice que "sí y no". "Hicimos una encuesta y diría que el 99% de las personas siente orgullo y está feliz de vivir acá, pero cree que los otros no. Todos critican a la ciudad, pocos la respetan, y eso es lo más fácil; lo difícil es construir, porque el orgullo aparece cuando nos involucramos, entonces hay que involucrarse con la ciudad, tener iniciativa, ayudarla a crecer", afirma. En su opinión, el orgullo no aparecerá desde la crítica, ni la queja, sino construyendo porque es fundamental para la identidad. "No nos sintamos de visita en la ciudad, sintámonos dueños de casa".
Las amenazas del futuro
¿Existirá Antofagasta sin cobre? Claro que sí. De otra forma, pero seguirá como enclave. Si estaremos mejor o peor, dependerá de qué hacemos hoy. Oportunidades hay en la minería, el turismo, la educación, la astronomía y otras. Pero el empresario Osvaldo Pastén advierte que no hemos sabido entender nuestro negocio. "Estamos llamados a ser la capital del conocimiento en procesos de operación y mantenimiento minero... Falta que asumamos nuestro rol. Que cada integrante de la sociedad civil se haga cargo de su debe ser. Es decir, universidades de verdad, gremios de verdad. Lo más impactante es la falta de claridad en el plan de ruta, para llegar a ser lo que debemos ser, porque mientras tanto, seguimos perdiendo el poder intelectual y económico. Según Pastén, una ciudad y región sin vocación de poder y liderazgo es desafío. Tendremos PIB, pero no tendremos valor y eso es muy distinto. "Si no ponemos foco en eso, seremos la comuna de Sierra Gorda en el futuro".
Es probable que Facebook tenga más usuarios que las juntas de vecinos y clubes deportivos locales. En general, es una ciudad donde se participa poco. Esther Croudo, presidenta del Centro Cultural Estación Antofagasta, cita que en nuestra sociedad los espacios de interacción son cruciales. "En la medida que seamos capaces de fomentar el diálogo, la conversación, los espacios de encuentro, podremos enriquecer nuestro discurso y ampliar la mirada para generar una sociedad magnética, un polo de atracción y retención de talento creativo e innovador, el cual se moviliza hacia las ciudades donde se valora la diversidad, la tolerancia y el respeto por el pensamiento propio", sostiene.
Los conductores estacionan en cualquier parte, la ciudad no destaca por su limpieza y orden, existe una sensación de inseguridad y de cosas mal ejecutadas. ¿Faltan más regulaciones? ¿Hay vacíos legales? Cristian Aedo, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UCN precisa que no. En la ciudad y en Chile, se requiere un cambio cultural. "La gente acata las leyes, las conoce, pero no las cumple si no lo ven. "Quizás en Antofagasta es un poco mayor, porque hay poca cultura. El desorden, la suciedad, no tienen que ver conmigo, muchos piensan que están de paso, como si estuviesen haciendo el servicio militar; a lo que se suma el paulatino deterioro de la formación cívica". No se trata, entonces, de tener una sociedad híper fiscalizadora, sino de "cambiar". "Esta es una ciudad algo desordenada, pero tranquila. No se merece la mala fama que tiene", asegura.
Las redes El desorden habitual El peso en Chile y el mundo
En Antofagasta se juega la liga mundial de la minería; sin embargo, cada vez menos las decisiones se toman a nivel local. Pesan nuestras autoridades, el centralismo y la falta de proyectos locales, junto con la convicción para llevarlos a cabo, dice el gerente de la Asociación de Industriales de Antofagasta, Fernando Cortez. "No contamos con una institucionalidad comunal y regional potente, autónoma. Hay que fortalecer las capacidades endógenas para alcanzar mayor poder. La fórmula más potente es crear capacidad en los actores regionales, ponerse de acuerdo en los proyectos estratégicos y que esto se traduzca en proyectos", afirma. Pero Cortez se reconoce optimista del futuro. "Hay una construcción sociopolítica, conjunta, con todos los liderazgos locales, que está pendiente, que debe ser transversal y que nos potencie para hacer control social", sostuvo.