Dániza Urrutia Sepúlveda
Vistiendo su típico overol el sacerdote jesuita Felipe Berríos nos recibe otra vez en su casa en el campamento "Luz Divina". Hizo un alto en su intensa agenda para reflexionar sobre el mea culpa del cardenal Ricardo Ezzati en el Te Deum, el terremoto y tsunami en Coquimbo y la actual situación de los inmigrantes en Antofagasta.
El sacerdote dice que pese a los últimos acontecimientos "debemos sentirnos orgullosos, porque Chile sabe cómo reaccionar frente a una catástrofe". A su juicio, ése es el Chile con su mejor cara.
Usted es un líder de opinión, y un ejemplo entre los católicos, pero también tiene fuertes detractores en el clero...
-Yo no soy ejemplo de nada, las cosas que he ido aprendiendo han sido a punta de costalazos y a punta del cariño de la gente. He vivido a Dios a través de cosas concretas como el contacto con la gente. Yo creo que la gente reconoce en mí un cierto liderazgo, pero creo que es bueno aprender a no idealizar tanto a las personas.
Uno de los errores que cometió la Iglesia fue hacer una sacralización de los curas. Uno puede servir de ejemplo en algunas cosas, pero aquí en el campamento hay mamás que son un ejemplo de vida.
¿Le duele como la sociedad está percibiendo a la Iglesia Católica?
-Creo que hay que hacer una distinción cuando uno habla de la Iglesia Católica. En realidad la gente, las monjas que trabajan en la cárceles, los curas que van a los hospitales, los fieles, los laicos que están ahí en las buenas y en las malas, siguen. Esa es la Iglesia que sigue siendo grande.
Ahora la otra Iglesia, la de una jerarquía que se ve más distante, como más pomposa, ésa es la que más se ve afectada. Esta había vendido una imagen de ser especial, como cuando el cardenal Medina juzgaba moralmente a las personas que se habían separado, entonces claro cuando uno se siente superior el costalazo es más grande.
¿Cómo está después del caso mails entre los cardenales Ezzati y Errázuriz, y las disculpas que el primero ofreció en el Te Deum?
-La verdad es que yo he dicho algo desde el comienzo. A mí, mi mamá me enseñó a no leer cartas que no eran dirigidas a mi persona, aunque estuviera abierto el sobre.
Para mí, la verdad es que eso no es tema, porque yo estoy más preocupado de la gente de acá, a estar preocupado de los diálogos de cardenales, a la chimuchina entre ellos que no me interesa en realidad.
Si que me preocupa este deterioro que hay en la credibilidad, aunque ellos están en su derecho de hablar sobre asignaciones, etcétera, pero creo que es la forma lo que a la gente le molesta.
ética
¿Entonces usted no está de acuerdo en cómo se ventiló, porque se hizo pública una conversación privada?
-Pienso que ahí hay un tema que tienen que definir bien los expertos, los periodistas, el Colegio de Periodistas respecto de la ética, y hasta qué punto es noticia y hasta qué punto es lo privado.
Uno puede conocer el contenido una vez que se ha hecho público, y es triste y eso no aporta mucho.
¿Sigue enfocado con toda su energía al trabajo en el campamento?
-Efectivamente estamos haciendo muchas cosas en el campamento. Fuimos con los niños al circo, gracias al capitán de Carabineros Juan Andrade que gestionó eso.
Creo que ésas son las cosas que me llenan mucho más. Me gusta estar con la gente en sus penas y alegrías.
Me siento muy agradecido de ser sacerdote y todo lo que he ido aprendiendo. Uno no se hace en el seminario, porque allí nos llenan de información, nos hacer creer que somos dueños de la verdad, y la verdad es que la vida nos va enseñando, el contacto con la gente nos va enseñando, así nos va a hablando Dios.
¿La gente humilde le ha ido enseñando a ser sacerdote?
-Llegamos a esa gente que nunca ha oído hablar de Dios pero que viven el Evangelio a diario, que perdona, acepta sus cruces y lucha. Esas son las cosas que nos van enseñando a ser sacerdotes.
Hice una buena elección. Como me dice un cura amigo, salvé a una mujer de haber sido yo su marido.
Soy profundamente feliz siendo sacerdote. Por eso estoy tan agradecido de la gente como el obispo de Antofagasta Pablo Lizama, que es de la iglesia del cardenal Raúl Silva Henríquez, de monseñor Alvear, de monseñor Ariztía.
Riqueza
¿Qué piensa de la situación que viven muchos inmigrantes?
-Los inmigrantes en Antofagasta son una riqueza para la ciudad. Es como si nosotros nos quejáramos de que tenemos cobre. El cobre es una riqueza que ha permitido que exista esta ciudad en pleno desierto, así los inmigrantes son una riqueza, nos van a hacer ser más humanos.
Ciertamente es un don para Antofagasta. Ahora nosotros tenemos que cambiar la mirada porque si hay un asesinato se dice mataron a una persona si lo hace un chileno, pero si es un inmigrante dicen un colombiano, un peruano, es decir, le ponemos apellido, y allí le hacemos un daño tremendo.
¿Cuál es el mensaje para quienes discriminan?
-Los inmigrantes vienen a ser parte de Chile y nos van a ayudar con su trabajo, con el lenguaje, en la música, con la comida, nos van a ayudar a ser mejores personas, no podemos discriminarlos.
Les digo a quienes llamar a marchar contra los inmigrantes que revisen a sus antepasados que llegaron de otros lados. Todos tenemos una raíz de alguien que viene de otro lado, somos una mezcla.
"Si que me preocupa este deterioro que hay en la credibilidad, aunque ellos (cardenales) están en su derecho a hablar". "Cuando se mueve la tierra, cuando se cae la casa o el mar se sale, uno se da cuenta en realidad lo frágil que somos".
entrevista. felipe berríos, sacerdote jesuita y disculpas del cardenal Ricardo Ezzati: