En la reserva nacional La Chimba se sintieron los efectos de las últimas lluvias que cayeron en la región (25 de marzo y 9 de agosto) con el florecimiento de distintas especies.
El lugar hoy es una maravilla por la abundancia de su vegetación y para la primavera brotarán nuevas especies que -por la estación- no lograron emerger a principio de año.
Pese a esto, no hay esfuerzos notorios de parte de las autoridades competentes ligadas al turismo, por potenciar este sector, ubicado aproximadamente a 8 kilómetros del centro, en la zona norte de la ciudad.
Saliendo por la rotonda hacia el sector de La Chimba Alto, pasando por el campamento Luz Divina y subiendo el cerro por el camino de los galpones industriales, se llega a la reserva nacional La Chimba, donde comienzan a sentirse los efectos de los 8,5 milímetros de lluvias que cayeron durante la madrugada del domingo 9 de agosto.
En la entrada no hay restricciones, salvo un letrero de Conaf que lo indica como parque nacional y la presencia de una empresa de extracción de arena que "cuida" el lugar.
Aquí el panorama de Antofagasta cambia rotundamente, pues en el sitio rodeado de quebradas verdosas, el desierto florido muestra un anticipo de su belleza primaveral, con distintas especies de flora endémica y nativa del país.
El terreno aún está húmedo, con vestigios de torrentes de agua y por los costados abundan taffonis, pequeñas cavernas formadas por las erosiones de los vientos cordilleranos de la costa. En sus paredes de piedra hay liquens: organismos formados por la simbiosis de hongos y algas, que no miden más de 20 centímetros de diámetro.
'vigías de la costa'
Mauricio González, el instructor de flora y fauna de la agrupación Caminantes del Desierto, quienes recorren los alrededores de Antofagasta desde hace 12 años, explica que la vegetación de la quebrada cambia de acuerdo a la altura del mar.
"Hay especies que sólo las vas a encontrar en determinados espacios y esto es lo que perduró de marzo y van a florecer en septiembre. Eso en el mes de octubre va a estar hermoso", cuenta González.
El instructor proyecta que durante la primavera crecerán bulbos y narcisos, de hecho éstos últimos ya se asoman en el sendero, incluso crecen entre las piedras en colores amarillos.
Desde la cima de este sector de la cordillera de la costa, asoman las eulychnia iquiquensis, o cactáceos enormes. González dice que "son los vigías de la costa y cuando tú ves uno inmediatamente sabes que allí encontrarás vegetación. No es necesario tener que subir". De ellos aparece el copao, un fruto que se puede comer con azúcar y tiene un sabor similar al kiwi.
González enumera que hay cerca de 106 especies de plantas en el desierto florido que bordea Antofagasta, la que tienen utilidad ornamental y medicinal, dependiendo del conocimiento de la gente.
Adentrándose la quebrada se vuelve más empinada y el guía muestra unos arbustos llamados popularmente "piojillos", quienes marcan el límite para comenzar a ver nuevas especies.
fauna incompleta
Mauricio camina por el sendero y reflexiona sobre lo incompleto que está el desierto florido, debido a la ausencia de fauna.
"De los grandes mamíferos ya no queda ninguno. Antofagasta cumplió bastante bien su tarea de erradicarlos", dice
En cuanto a los guanacos atribuye su erradicación a los ingleses que practicaban la casa durante el tiempo de las salitreras. "De las chinchillas encontramos vestigios y el año pasado vimos zorros", explica.
Sobre los animales emblemas de Cobreloa, dice que un factor de su erradicación son los perros, ya que los matan por sus enfermedades o porque se convierten en sus depredadores.
"Acuérdate que el segundo animal que mata por placer en el mundo es el perro, después del hombre", sentencia.
Pese a ello, lo que prevalecen en el sector es la avifauna. González dice que hay alrededor de 30 especies distintas y llegan predominantemente en la primavera y el verano.
aguas y ahorro
"Este es un lugar de traros, cara a cara, por este lado (señalando la derecha) hay carroñeros, mientras que por este lado viven los aguiluchos. Son irreconciliables los dos", explica.
En la quebrada también hay lagartos que aparecen entre las piedras, González cree que si se reproducen en grandes cantidades sería negativo, porque tendrían poco alimento.
El sonido de un riachuelo en medio del silencio llama la atención, proviene desde una quebrada e invita a subirla. Es increíble que haya este tipo de paisajes en el desierto más árido del mundo. "Son aguas que vienen de la camanchaca, desde las cumbres", dice el guía.
A cerca de 400 metros sobre el nivel del mar, en medio de la montaña antofagastina, el viento frío abraza, entrega paz y se puede respirar de una forma plácida. Es relajante junto al canto de los pájaros que se hacen ecos entre las quebradas.
Mauricio, ¿recomienda que la gente venga acá?
- No, porque es peligroso, la roca es fraccionaria, cualquier movimiento telúrico nadie sale vivo, es una naturaleza no intervenida y no está apta para que cualquiera venga. Se puede venir con la familia para que conozcan, siempre y cuando con un guía que sepa. Para que la gente venga tiene que tener educación y cultura, algo que viene de las casas, de saber que el entorno merece cuidado y respeto.
¿Cambiaría la ciudad con esta vegetación y sería algo viable?
- Sería muy viable. Podemos partir introduciendo esta flora en nuestros jardines, son especies que son únicas y nos harían sentir que somos una región que valoramos y enseñamos lo nuestro. Su requerimiento es mínimo, es 10 veces menor que las especies de los jardines de Antofagasta. Atraeríamos insectos y vectores que son propios de nuestra zona y haríamos un ecosistema nuestro.
¿Podría explotarse el sector como algo turístico?
- Debería, ya debiera estar la municipalidad pensando qué tendría que hacer, senderos, aberturas para que la gente venga. Que El Mercurio venga y diga 'mira lo hermoso que tenemos', pero que los entes que tienen injerencia no estén presentes, es preocupante.
Aves que llegarán en verano
Mariposa
Vanessa
Liolaemus
platei
Cleome
chilensis
Cistanthe
cachinalensis
Alstroemeria paupercula