Luces y sombras
Pese al ambiente de tensión, se sabe por la Historia del Huasco, de L. Joaquín Morales, que el Cabildo de Vallenar dio pruebas de trabajo efectivo a favor de los vecinos, como "la completa liberación de los derechos de introducción de animales y pescado", para facilitar el "desarrollo de la ganadería y la industria de los changos…" Igualmente acordó "fundar el primer establecimiento de educación que funcionó" en la ciudad.
El nacido Chile independiente se aprestaba a sumar otro paso hacia su consolidación republicana, con la instalación del Congreso Nacional, para el cual ya se había elegido a los representantes del Huasco, cuando sobrevino la malhadada acción de Rancagua, octubre, 1814. El desastre militar chileno dio por tierra con cuanto se había avanzado en procura de la patria libre.
La ola de venganza de los españoles llegó también con sus excesos hasta el Huasco, abarcando la remoción de autoridades, confiscación de bienes de los vecinos pudientes, imposición de contribuciones forzosas y persecución de patriotas huasquinos. Al seguir al historiador, sabemos que el subdelegado realista de Vallenar, Ramón Moxó y el alcalde español Juan Manuel Pico, dejaron los peores recuerdos y se ganaron el odio de la comunidad por el cúmulo de sus abusos.
Las oscuridades de la opresión colonial se tornaron conmoción luminosa con el triunfo del Ejército Libertador, el 12 de febrero de 1817. Por Joaquín Morales, sabemos de lo ocurrido en Vallenar a raíz de aquel acontecimiento. La reacción del pueblo fue como las aguas que rompen un dique y arrasan con todo a su alcance. El furor popular llevó al pillaje y al saqueo contra los residentes españoles. En la contención de las depredaciones brilla Martín Andueza y en la organización de la ciudadanía, José María Quevedo y Arias, prestigioso vecino. Será primer alcalde de Vallenar, en el nombramiento de autoridades del partido del Huasco, dentro de la realidad política y según instrucciones de Bernardo O'Higgins.