Desde pequeña quería ser matrona y a punta de esfuerzo y estudio pudo lograr su sueño. Inquieta, dinámica y apasionada de su trabajo se define como una servidora social.
Karina Alejandra Díaz, la flamante presidenta del Colegio de Matronas (es) del Consejo Regional, es quien está liderando las acciones judiciales que apuntan a rechazar un dictamen de la Contraloría que afecta sus campos clínicos y fuentes laborales.
¿Tuviste una infancia alegre, cómo recuerdas esa época?
-Soy nacida y criada en Antofagasta. Vivo en la misma casa hace 36 años (Copiapó). Mi infancia fue súper alegre, marcada por un matriarcado.
Me crié con mi abuela, mi mamá y un tío. Éramos una familia pequeña, pero muy unida, aclanada, feliz.
Recuerdo cuando jugaba en la calles con mis vecinos del sector. Tuve una infancia muy feliz. Estudié en el colegio Corazón de María y luego en el San José.
¿Debido a tu formación optaste por quedarte en Antofagasta?
-Entré a la Universidad de Antofagasta a estudiar Obstetricia y Puericultura. Siempre me gustó la biología, di la Prueba de Admisión y finalmente opté por esa carrera.
Siempre quise ser matrona, desde pequeña me veía trabajando en eso. Me imaginaba estar trabajando en urgencia, tomando decisiones y trabajar en equipo.
¿Te sientes realizada, tomaste la decisión correcta?
-Efectivamente, porque allí está la capacidad y el milagro cuando uno ve a dos seres humanos que están luchando por vivir. Hay que preocuparse de la madre, pero además del feto que está en su interior, seguir su desarrollo, todo el proceso.
Cada vez que estoy en un parto no me dejo de asombrar de la maravilla, de ese milagro.
¿Tus desafíos profesionales te llevaron también a la docencia?
-En los estudios siempre me iba bien, y decidí quedarme en la docencia. Hice muchas pasantías para poder adquirir la experiencia profesional para poder enseñar.
Estuve en toda la atención pública de la región, en consultorios, en hospitalización, etc. Viajé a Tocopilla aprendiendo, adquiriendo experiencia.
Posteriormente se produjo la oportunidad de trabajar en el instituto Aiep. Llegué a ser directora académica por un período de siete años.
Recibí ese desafío con 300 alumnos, y lo dejé con más de 2 mil. Aprendí de todo, comunicaciones, topografía, construcción, sonido, diseño, informática, etc., fue un proceso enriquecedor.
Presidenta
¿Cómo llegó tu oportunidad para ser líder del consejo de matronas?
-Siempre fui presidenta de curso o tesorera. Formé parte de directivas, centros de alumnos y federaciones.
Así llegó mi incorporación al Colegio de Matronas por mi intención de contribuir. Tuve que colegiarme para estar en la directiva.
Este año hubo elecciones y fue elegida como presidenta. Quería reencantar a la gente.
Ser presidente de un consejo gremial de profesionales es bastante complejo, porque hay que manejar muchas normas y decretos.
Recursos
¿Como colegio ahora están enfrentando una complicada situación?
-Justamente acabamos de presentar más de 200 recursos de protección contra la Contraloría General de República, luego del dictamen que el organismo emitió el 10 de junio, donde permite que profesionales como las enfermeras se desempeñen en áreas que, según la Norma 21, son de exclusividad de las matronas (es).
Este dictamen deja abiertas las competencias a otros profesionales de la salud. Para nosotros esto es atentatorio para nuestro campo laboral.
¿Qué piensan de este dictamen?
-Consideramos que es injusto porque como profesionales tenemos las competencias necesarias para trabajar en esas áreas.
Tenemos una formación de cinco años que nos avala.
La Contraloría debe responder en 30 días al recurso de protección que presentamos.
Creo fehacientemente en los derechos y los deberes de las personas. Nunca pensé que tendría que hacerme cargo de este conflicto, pero estoy en este escenario y me siento contenta de poder unir a más de 200 profesionales. Estamos unidos en esta batalla.