Lucha de gigantes
Ya había transcurrido más de una hora de partido, Chile y Argentina igualaban sin goles en un tenso encuentro en el estadio Nacional. La final de Copa América cumplía con las expectativas de partido duro y trabajado para quienes efectivamente fueron las dos mejores selecciones a lo largo del certamen.
Él, considerado como la principal carta ofensiva de la Roja, no estaba cómodo. "No es su copa", "no ha estado a la altura"… fueron ciertos comentarios de la prensa. Incluso, en Twitter, sus compatriotas generaban un trending topic pidiendo su salida de la cancha. El público del coliseo nuñoíno, en tanto, lo arengaba sin cesar: "Aleeeeeexis, Aleeeeexis…".
"Un duelo salvaje advierte lo cerca que ando de entrar. En un mundo descomunal siento mi fragilidad".
Sin embargo, el destino le tenía deparado a Alexis Sánchez una gloria mayor: la de convertir el último penal, emulando la vaselina del histórico checoeslovaco Antonín Panenka en la final de la Eurocopa de 1986, para dar el primer título oficial en la historia de la Selección Chilena de Fútbol.
La frase "no hay mal que dure 100 años" cobró más vigencia que nunca. Debieron transcurrir exactamente 99 años y dos días desde que la Roja disputó el primer partido en la historia de la Copa América (caída 4-0 ante Uruguay, en Palermo, Argentina, el 2 de julio de 1916) hasta que la copa llegó a sus manos. Una espera llena de "adicción al sufrimiento".
"Vaya pesadilla corriendo con una bestia detrás. Dime que es mentira todo, un sueño tonto y no más".
Alexis, junto a Arturo Vidal, Mauricio Isla y Gary Medel, aún recordaban la caída en semifinales del Mundial Sub 20 de Canadá en 2007. Cuando confiaban en obtener el título, la Argentina de Sergio Agüero, Ángel Di María, Ever Banega y Sergio Romero les frenó la ilusión de golpe en un violento encuentro tanto dentro como fuera de la cancha. Ocho protagonistas, reencontrándose ocho años después para ofrecer un final diferente.
"Creo en los fantasmas terribles de algún extraño lugar, y en mis tonterías para hacer tu risa estallar… Deja que pasemos sin miedo".
Ser protagonistas, vértigo ofensivo y salir a jugar de igual a igual. Tres frases que en menos de una década se instalaron en el ideario colectivo de todo un país, de uno que se repetía hasta el cansancio que no deseaba más "triunfos morales" a nivel deportivo. Con el certamen sudamericano de clubes en sus vitrinas la coronación del sueño justifica el porqué Chile es uno de los países donde más fanatismo genera las actuaciones de su selección.
Jugadorazo, Tren de Tocopilla, AS17, "mi entindí", Niño Maravilla o cualquiera sea el mote de turno que le asignen, Alexis Alejandro Sánchez Sánchez es el rostro visible de una generación que desde sus inicios se propuso romper paradigmas y que se mentalizó en ganar algo que les permitiera ser considerados como "los mejores de la historia".
Quizás la frase utilizada por el FC Arsenal tras la definición del último penal, sea la mejor para definir la sensación de los cerca de 18 millones de chilenos: "Dios bendiga a Alexis Sánchez".