No hay postulantes al subsidio de arriendo que llega a $78 mil
vivienda. Aporte gubernamental puede usarse para cánones de hasta $240 mil . Sin embargo, subvenciona valores prácticamente imposibles de encontrar en la región.
En abril pasado la ministra de Vivienda, Paulina Saball, llegó a la ciudad para anunciar el inicio -el 6 de mayo- de las postulaciones para los subsidios de arriendo, una herramienta dirigida a familias jóvenes vulnerables y emergentes, que en la Región de Antofagasta adquiere especial importancia debido al alto déficit de 21 mil viviendas sociales que se arrastra por largos años.
Sin embargo, a un mes del inicio de las postulaciones el Serviu informó que no registra ni una sola solicitud.
Y el problema no es que no haya interesados en ese aporte gubernamental, sino que se trata de una herramienta que no recoge las particularidades de la región.
El subsidio considera un aporte mensual para ser utilizado en el pago de arriendo de 3 UF, por un periodo de 36 meses y 2.5 UF los 24 meses posteriores, sumando un total de 60 meses (cinco años). De esta manera, las familias beneficiadas deben pagar solamente la diferencia del valor de su arriendo mensual.
El problema radica en que para la Región de Antofagasta se podrá aplicar en arriendos mensuales de hasta $240 mil pesos aproximadamente (10 UF), monto que si bien es superior a otros lugares del país -por considerarse una zona extrema-, no recoge el valor real de los arriendos en la zona.
En pocas palabras, es casi imposible encontrar un arriendo de inmueble por esa suma en la región.
proceso
Así lo demuestran los resultados del proceso anterior. Según lo que se registra en la página del Minvu y las resoluciones de esa repartición de gobierno, durante el primer llamado realizado en enero y febrero 2014 resultaron beneficiadas 23 familias de la región de Antofagasta de 5.000 a nivel nacional, y en el segundo llamado hecho en octubre y noviembre 2014 fueron 8 familias de un total de 2.044.
Al respecto, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción Antofagasta (CChC), Jaime Tolosa, advirtió que uno de los desafíos de la política habitacional es generar mecanismos más flexibles que permitan solucionar el problema de carencia de vivienda de las familias vulnerables sin dejarlas al margen del desarrollo de las ciudades.
alternativa
Y aseguró que una alternativa es aplicar subsidios para arriendo de viviendas sociales, política que es ampliamente utilizada en países desarrollados.
"Este programa es positivo desde el punto de vista que es una política menos costosa para el Estado en comparación con la entrega de subsidios para la compra de viviendas, evita el abandono de viviendas compradas vía subsidio habitacional y -como sostienen la Ocde y el BID-, estos subsidios son menos perjudiciales para la movilidad habitacional al no amarrar a una familia a vivir en una determinada vivienda y barrio toda su vida", explica.
Según Tolosa, en los países desarrollados las viviendas en arriendo (y en muchos casos también el suelo) son propiedad del Estado o de asociaciones encargadas de administrar y gestionar conjuntos de viviendas sociales.
En cambio, en el caso chileno las viviendas sujetas de subsidio de arriendo son propiedad de particulares.
"Es decir, para asegurar la aplicabilidad del programa en ciudades como Antofagasta se deben generar mecanismos que permitan que la oferta esté dispuesta a participar".
Tolosa hizo un llamado a parlamentarios y autoridades "a no seguir impulsando medidas planas pensadas desde el centralismo que no van en sintonía con la gente y que pueden seguir aumentando la desigualdad para los habitantes de la ciudad. Especialmente hay que revisar el tema de los montos, los ingresos de las parejas y los valores de arriendo, ya que los cánones no son los mismos a lo largo de las distintas ciudades de Chile".