Esperanzas en el futuro de Chile
Parece haber consenso en que la señal dada por la Presidenta respecto de los cambios en el gabinete es positiva. No debió ser fácil para la Mandataria una decisión de este tipo, sin embargo, ya parecía necesaria.
Es más, la propia Jefa de Estado había confirmado que las modificaciones eran estudiadas hace tiempo, pero distintas contingencias climáticas y naturales lo habían impedido.
Sin entrar mayormente en los orígenes de este cambio, parece bastante evidente que algunas carteras no funcionaban del todo bien, lo que, junto a otras materias conocidas, estaban golpeando a la Mandataria y al ejecutivo.
También debe decirse que este no es un fenómeno exclusivo de Michelle Bachelet o el gobierno; lamentablemente, es transversal a toda la clase política, con las malas consecuencias que ello tiene.
En lo político, habrá que observar los énfasis que tendrá en especial el ministro del Interior, Jorge Burgos, y en general la administración, que a ratos ha estado bajo fuego intenso por las reformas aprobadas y otras que están en carpeta, las cuales generan dudas importantes en sectores políticos, ciudadanos y empresariales.
Con todo, y esto es probablemente lo más importante, es vital que el gobierno lidere al país en una reconstrucción de las confianzas y del estado general del ánimo.
Debe apuntarse que las expectativas impactan de manera contundente en los resultados, particularmente económicos. Dicho de otro modo, las excesivas incertidumbres -que por paradoja, es el sino de los tiempos- deben ser reducidas con el objetivo de levantar a un país que está lejos de llegar a su máximo potencial.
Ayer mismo, informábamos que los proyectos mineros paralizados suman 40 mil millones de dólares. Eso, en la práctica, significa menos empleo y generación de riqueza, cuestión que debemos resolver.
Es de esperar que este segundo tiempo del ejecutivo, apunte a ello, reponga el valor del crecimiento económico, con el fin que nuestra economía genere más y mejores puestos de trabajo.
Chile lo necesita.