Equipo chileno cumplió expectativas en La Haya
El comienzo de los alegatos, en el marco de la demanda boliviana en contra de Chile ante la Corte Internacional de Justicia, había generado altas expectativas. En ese sentido, y a partir de lo que fueron las argumentaciones presentadas, éstas no defraudaron. En función de ellas, se pueden establecer algunas conclusiones.
El equipo jurídico nacional mostró unidad y coherencia argumentativa en sus exposiciones, las que buscaron reforzar algunas ideas centrales y, sobre todo, derrumbar algunas de las principales posiciones que presentará Bolivia a partir de mañana, miércoles.
En este sentido, el equipo jurídico nacional se enfocó en recalcar el rol del artículo 6 del Pacto de Bogotá como elemento limitador de la competencia de la Corte. Para ello, los juristas que defienden a Chile hicieron un repetitivo, pero necesario, esfuerzo en demostrar que la demanda boliviana incumple los elementos competenciales de la Corte de ratione materiae y ratione temporis. Esto se hizo en función de demostrar que el espíritu de la demanda boliviana no es otro que el minar un tratado que está vigente (ratione materiae) y que es anterior a 1948 (ratione temporis).
A su vez, y en la lógica de mermar las posiciones de Bolivia, Chile cuestionó de manera efectiva el argumento boliviano relativo a que su demanda no es dependiente del tratado de 1904, sino que sobreviviente de los acuerdos no ratificados de trasferencia de territorios de 1895.
Ante ello, Chile demostró que estos acuerdos no se materializaron como elementos vinculantes ya que no contaron con la ratificación de los respectivos Estados. A su vez, y en virtud de lo que establece el derecho y asumiéndose una eventualidad aceptación de la posición boliviana, el equipo jurídico nacional demostró que el Tratado de 1904 derogaba cualquier potencial acuerdo anterior.
Frente a todo esto, y debido a la confianza y a la calidad de la argumentación presentada, el equipo nacional, y casi como una exigencia, le planteó a la Corte la necesidad de entregar un fallo de la competencia en esta etapa del proceso y no dilatar esto para una etapa posterior, situación que sería un éxito para Bolivia.