Con sus días contados están doce de los catorce minicasinos de tragamonedas que funcionan en el sector centro de Antofagasta.
Esto debido a que operan al margen de la ley con patentes que no corresponden al giro que explotan debido a un vacío legal.
La clausura de los minicasinos sin patentes fue solicitada a través de un decreto alcaldicio por el director de Inspección General de la Municipalidad de Antofagasta, Jorge Franco, quien reconoció que de los 14 locales que operan en el centro, sólo dos están en regla en la actualidad.
"En el sector central hay locales que funcionan con máquinas tragamonedas al margen de la ley y ya fueron notificados por no tener patente para ejercer esa actividad. De 14 locales, sólo dos ya solucionaron este problema", precisó.
El directivo agregó que "los otros doce minicasinos fueron notificados a los juzgados de Policía Local y están sujetos a una multa de hasta 5 UTM ($217 mil). Además en forma paralela solicitamos el decreto alcaldicio para clausurar estos doce locales que funcionan ilegalmente", explicó Franco.
Aclaró que realizan fiscalizaciones de manera permanente y cada seis meses también visitan los 821 locales con patente de alcoholes que existen en la comuna.
Tras esos operativos, detectaron sólo cuatro locales estaban autorizados para explotar máquinas de tragamonedas.
"Los otros locales que desarrollan esa actividad están trabajando ese rubro sin patentes y otros con otros giros distintos como bazar, paquetería o almacén", explicó.
obstáculos
El concejal Jaime Araya reconoció que este problema no es nuevo y que hace cuatro años hicieron un esfuerzo importante para regular la proliferación de máquinas de juego, sobre todo en las poblaciones. "Llegamos a algunos advenimientos para que se concentraran en un solo sector. El problema es que no hay un marco regulatorio rígido y no hay forma de controlar si son máquinas de azar o destreza", acotó.
El municipio promulgó una ordenanza que era restrictiva, pero Contraloría General de la República determinó que no puede estar por sobre la ley.
"Desde ese punto de vista, nos dejó en una situación compleja porque no reconoce la atribución del municipio para controlar esta actividad. Tuvimos que modificar la ordenanza de casinos, porque hablaba de máquinas electrónicas y de juegos, y por orden de Contraloría tuvimos que desistir", precisó.
Esto ocurre, sostuvo el concejal, porque estos instrumentos municipales (ordenanzas) desde el punto de vista de la jerarquía están por debajo de la ley.
"Contraloría desconoció nuestras facultades para regular los minicasinos, por lo tanto mientras el Parlamento no tome la decisión de legislar en esta materia, estos locales seguirán proliferando", aseguró.
Jaime Araya reconoció como urgente, la necesidad de fiscalizar y lograr cambios, ya que quienes ejercen este rubro, "serían asociaciones poderosas y no Pymes, lo que llevaría a convertirse en una verdadera industria".
"A mí no me gusta cómo se está desarrollando el centro en general, lo único que podríamos hacer es una modificación al plan regulador o buscar una fórmula de restringir", agregó el edil independiente.
Con la orden de Contraloría, los concejales quedaron sin facultades, por lo que el único camino que le quedó al municipio es hacer las denuncias al Juzgado de Policía Local.
"Lo que ocurre con ello es que se transforma en una decisión judicial que podría llevar a la clausura, pero que al estar sin regulación convierte al centro en una amenaza para la seguridad", dijo.
El concejal agregó que, en un comienzo, la lógica fue concentrar los casinos en un puntos para que no proliferarán en todos los barrios, "pero en lo que terminó fue en que aprovecharon este vacío legal, que sólo puede resolverse con una ley. Esta es una más de las contradicciones de Antofagasta", concluyó.