CDA pierde 1-0 con la "U" penquista y se vuelve a complicar con el descenso
clausura. Poca claridad en el juego y carencia de gol dejan al equipo muy comprometido.
No hay caso con Deportes Antofagasta. Está por terminar el campeonato y sigue con su paso irregular que lo mantiene sufriendo con la negra opción de descender, luego que ayer fue incapaz de superar a Universidad de Concepción. Por el contrario, cayó en casa por la cuenta mínima.
El solitario golazo de Felipe Reynero, a los 46 minutos, dejó entrever la falta de una línea de juego que le permita imponerse de local, sobre todo cuando los rivales manejan mejor el mediocampo y defensivamente están más claros.
Lo peor viene ahora, ya que si Audax Italiano vence hoy a O'Higgins, el equipo de José Cantillana pasa directamente a ser parte del "trío de la muerte", a falta de una fecha para que todo llegue a su fin. Ello, porque los itálicos superarían la ubicación del CDA.
Además, Cobreloa, que al mediodía enfrenta a Colo Colo, en Calama, quedó sobre los "Pumas" en la Tabla de Coeficiente de Rendimiento: 1,181, en 66 partidos y 78 puntos contra 1,179 en 67 y 79. El coeficiente de Audax es 1,166 y de Ñublense 1,151. Estos equipos también juegan a las 12 horas.
partido
Lo mejor del partido fue el público, que en buena cantidad se dio cita ayer al Estadio Regional "Calvo y Bascuñán", llegando a sumar unas 5 mil personas, gracias a la rebaja en el precio de las entradas en el sector Andes y Galería.
En lo netamente futbolístico, el meta Pablo Aurrecochea, salvó a la oncena local de perder por más que el 1-0. Intervenciones suyas de primer nivel, impidieron aumentar en más goles el desenlace.
Deportes Antofagasta comenzó como una tromba, acciones que durante un cuarto de hora, porque después los penquistas equilibraron el ímpetu de los locales, quienes se mostraron con pocas ideas para vulnerar el arco visitante.
Malos pases y escasa coordinación teniendo el balón, impidieron al menos igualar la brega, lo que habría permitido no acercarse tanto a la zona del descenso.
La ilusión de la hinchada no se acabó, pero se desvaneció en gran porcentaje.