"El proyecto no se hace cargo de apoyar a todo el profesorado "
- Es un proyecto que está en la línea de lo que se ha venido discutiendo en Chile durante los últimos tres o cuatro años. O sea, es un proyecto donde a diferencia del proyecto de reforma del fin del lucro, copago y selección, el Gobierno parece haberse preocupado de hacer una propuesta que en general esté de acuerdo con las múltiples ideas y propuestas que se habían venido proponiendo. Por cierto que dentro de un cuerpo legal complejo y que abarca distintas materias, va a haber mucha discusión respecto a la forma concreta de legislar y de estructurar la carrera docente.
-No, es un proyecto importante, pero todavía faltan materias que tienen que ver, por ejemplo, con la reorganización administrativa de los colegios municipales. Falta lo que tiene que ver con educación superior, de lo cual no se sabe nada todavía, de modo tal que yo no haría una comparación. Creo que el proyecto del año pasado -que a mi juicio fue un proyecto poco adecuado que va a hacer una muy escasa contribución a mejorar la calidad y la equidad de la educación- fue un proyecto de gran envergadura, aunque mal planteado y mal resuelto. Y el de ahora, la propuesta por lo menos me parece razonable.
-Este proyecto ataca sólo parcialmente el problema central de los maestros, porque no se hace cargo de una manera adecuada de la necesidad de apoyar, capacitar, perfeccionar a todo el profesorado actualmente en ejercicio, particularmente a aquellos que trabajan en los colegios donde está el 40% de nuestros estudiantes que no alcanzan los umbrales mínimos de conocimientos. ¿Vamos a tener que esperar hasta tener toda esta nueva generación en diez, quince años más de profesores que se van a empezar a formar ahora, o vamos a realmente hacer algo dentro del plan docente para reforzar a estos profesores que atienden a los niños de este 40% de alumnos chilenos que no están alcanzando los umbrales mínimos? Eso no está bien enfocado en este proyecto.
-Yo creo que van a ayudar en esa dirección. Ahora, el hacer más atractiva una profesión tiene muchos otros componentes, entre ellos componentes simbólicos, culturales, de prestigio, de reputación en la sociedad, y eso no se cambia meramente por una mejor remuneración.
-Eso requiere una lenta transformación del reconocimiento social, particularmente de las élites de Chile, de las élites política, cultural, intelectual, académica. Reconocer realmente el valor de la profesión, prestarle apoyo no sólo vía remuneraciones, sino que vía el trato que se les da cotidianamente, vía la forma como pueden ir ascendiendo a través de la movilidad social, las oportunidades de formación permanente, el trato que los jóvenes tengan con ellos, la autoridad que se les reconozca cuando tienen problemas en la sala de clases... en fin, no es una cosa que uno pueda diseñar, claro que uno puede materialmente hacer ciertas cosas como éstas que estamos conversando, pero es una transformación gradual en la cultura del país durante los próximos años.
-En lo inmediato muy poco, porque todas estas cosas están pensadas para aquellos jóvenes que a partir de los próximos años empiecen a ingresar a carreras de Pedagogía y luego, de aquí a siete o diez años más, empiecen a ejercer la profesión. Por eso que digo que faltaría al lado de esto una gran propuesta con recursos, no solamente materiales, sino que con recursos de apoyo de todo tipo, para los decenas de miles de profesores que son los que atienden a los jóvenes y a los niños de hogares de menores recursos y que hoy día están teniendo un desempeño todavía muy insuficiente en los colegios. Eso tendría un impacto durante los próximos años, pero el Gobierno no ha hecho explícito qué es lo que quiere hacer todavía.
-Yo creo que es una ceguera muy grande que a jóvenes talentosos, con buena formación profesional que tengan la vocación de contribuir, se les prohiba hacerlo. Lo que hay que hacer es tener un buen reglamento de modo tal que tanto ese tipo de jóvenes como muchos miles de profesores que están haciendo clases y no tienen regularizado su título, lo puedan hacer dentro de reglas claras y realistas. Pero pretender cerrar completamente la profesión de modo tal que sólo aquellos que hoy día ya están en posesión de un título puedan ser los que imparten docencia, me parece que en vez de enriquecer y de fortalecer a la profesión, la debilita.
-El que tiene que presentar estudios de costos de toda la reforma es el Gobierno y es bastante sorprendente que hasta ahora no lo haya podido hacer. Han mantenido a la sociedad discutiendo a ciegas porque no dice cuánto dinero quiere destinar a la educación temprana, a la educación escolar y a la superior. En ese sentido es muy difícil formarse una idea y no es que los dineros alcancen o no alcancen: al final el Gobierno tiene unos dineros limitados y va a tener que distribuirlos de la manera más inteligente. Es el Gobierno el que tiene que aclararse y aclararle al país cómo pretende usar los recursos existentes en la educación. A mí me parece que la prioridad mayor debe ser los niveles inferiores de la educación, y dentro de eso, los profesores.
- Por cierto, porque esa no es una medida que contribuya a la equidad ni a la calidad de la educación. Eso hay que dejarlo para más adelante y yo creo que el Gobierno ya reconoce que no va a ser gratuidad universal. Por otro lado, el Gobierno ha estado circulando la idea de que los graduados tendrían que pagar un impuesto.
-No, me parece que es mucho más práctico el sistema actualmente existente de créditos y becas. El Gobierno ha generado expectativas que están por encima de la capacidad actual del país de poder cubrir todas las necesidades con los dineros existente.