Lucro siniestro
Quienes "planificaron" las construcciones en el valle de Copiapó, olvidaron que ese valle DESCIENDE de cordillera a mar por quebradas y cauces de ríos ancestrales.
Esa realidad fue "olvidada" por ingenieros, constructores e inmobiliarias, quienes procedieron a construir sin pensar en niveles y desniveles haciendo desaparecer el agrícola Pueblo de San Fernando hasta transformarlo en grandes concentraciones humanas que habitan viviendas sociales pasando por condominios y villas, con el asfalto de rigor.
Respondiendo a una constitución economicista no pensaron que las lluvias inusuales no se quedarían en la montaña para transformarse en nieve sino que se circularon por las ignoradas quebradas y cauces, deslizándose por asfaltadas carreteras y calles de las concentraciones urbanas, embancándose desde el martes 24 de marzo en el centro y sector norte de Copiapó acumulando más de dos millones de toneladas de barro arcilloso de desconocida composición.
Las autoridades no indicaron a los afuerinos "modernizadores del añoso Copiapó" que existe la Quebrada de Paipote que provocó inundaciones recordadas en el siglo XX, pero no de la presente consistencia.
No es anarquía la causa de lo que ha ocurrido, ya que el anarquismo tiene un ordenamiento respetuoso con el ser humano en general. Fue solamente lucro siniestro de quienes se han apoderado de la acción política en esta nación inconsistente.
Ninguna ciudad de Chile escapa a ese lucro siniestro. ¿Alguna vez comprobaremos si hubo lucro siniestro en todas las construcciones que se han levantado en la costanera de Antofagasta? ¿Qué pasará cuando las aguas del mar determinen recogerse y precipitarse sobre la Nueva Miami?
Nadie piensa en el bienestar de la comunidad, que es la esencia de la acción política, dejándose embaucar por ese lucro siniestro que se preocupa solamente de las cuentas corrientes de hacedores del sistema neoliberal y de quienes quieren ostentar obras para la próxima elección.