El talento de leer bien
Por proceder de un pasado, los años -guardianes del tiempo- son los encargados de "re-presentarlo". Ese pasado personal suele manifestarse cuando de regreso al terruño, se oyen juicios descalificadores para la más que centenaria literatura nortina.
¿Qué pasado sustenta las vivencias de quienes se expresan de esa manera? La problemática, por ser preexistente, poca relación tiene con el actual cosmopolitismo del Norte del país. El hecho, como costumbre, se ha instalado en algunas conciencias. La escasez de conocimientos contribuye a su pervivencia.
Pero, conocimientos hay en obras que debieran considerarse. Algunos autores: Ernesto Montenegro, Yerko Moretic, Andrés Sabella, Mario Bahamonde, Alfredo Aranda, Sergio Gaytán, José Antonio González y otros conocidos más allá de este desierto. Juicio particular merecen las páginas de Salvador Reyes y Homero Bascuñán y las lejanas crónicas de Eulogio Gutiérrez Luna, Augusto Rojas Núñez, etc.
En la actual literatura nortina hay un problema que, a diferencia de lo sucedido hace años, se mantiene en silencio: ¿qué representatividad cultural tienen sus escritores en la conciencia nacional? No muchos se salvan del anonimato. Sin embargo, méritos hay suficientes.
En esta tierra, dicen, con motivadores índices de progreso, sus entidades y autoridades culturales más que facilitar iniciativas conducentes a logros, se desentienden de resguardar el patrimonio literario regional. Si el siglo pasado descuidó esta literatura, ¿por qué el actual no se compromete con la gran "Colección de Autores Nortinos", en pro de las nuevas generaciones?
A esta literatura le faltan devotos. Aquí y ahora, ¿quién imagina lo que le sucederá al cumplirse su plazo de existencia. Alguien, entonces, ¿se preguntará "por quién doblan las campanas" a sabiendas de que lo hacen por esa humanidad toda de la cual nadie se excluye?