Unos 30 mil hogares quedaron ayer sorpresivamente sin suministro de agua potable debido a una avería de la aducción entre Calama y la capital regional. Aguas Antofagasta informó que dada la urgencia de la situación debió emprender de inmediato las reparaciones, trabajos que deberían quedar finalizados durante el transcurso de hoy.
A eso de las 14 horas de ayer la sanitaria despachó un informativo a los medios de comunicación y a sus clientes, en el cual informaba de la emergencia. "Debido a problemas en aducción Antofagasta-Calama, producto de aluvión en dicha zona hace un par de días, luego de frente climático, se deberá realizar reparaciones de urgencia, lo que hace indispensable un corte extendido a algunos puntos de Antofagasta".
Aguas Antofagasta informó la conformación de cuadrillas, que comenzaron de inmediato a trabajar en el sector "para minimizar tiempos en la medida que sea posible. Los cortes ya están en curso y se extenderán hasta las 06:00 de mañana domingo. Insistimos en la alta complejidad de este trabajo, ocasionado por temas de fuerza mayor", explicaba el texto enviado por la sanitaria.
Los cortes se extendieron a lo largo y ancho de la ciudad, desde Jardines del Sur hasta el sector norte, focalizados en nueve puntos.
De acuerdo a lo informado por la sanitaria, en el resto de la región el suministro es normal, salvo en Taltal, donde se está desarrollando un plan especial de trabajo.
reparaciones
En Taltal las aducciones que llevan agua a la ciudad se desacoplaron en varios puntos producto de los aluviones que afectaron a la comuna. Esa situación requiere de una reparación compleja, lo que hizo necesario cortar el agua al 75% de la población de Taltal, dejando sólo un 25% abastecido, quienes se suministran a través de la planta desaladora.
Aguas Antofagasta informó que esas reparaciones son necesarias para evitar filtraciones de agua y lograr así reponer el suministro, lo cual sería posible no antes de 10 días.
Durante el periodo que duren esas reparaciones, la sanitaria anunció que abastecerá de agua a la población mediante seis camiones aljibes, que quedaron a disposición del Ejército, cuyos mandos definirían los puntos de ubicación.
La escasez e intermitencia del suministro durante los primeros días después del fenómeno climático que afectó a la región, hizo que la comunidad se volcara al comercio que pudo abrir sus puertas para comprar agua envasada.
Esa alta demanda hizo que el stock en algunos locales se agotara, y se temiera por un eventual desabastecimiento del producto en la capital regional.