En las grandes urbes los bulevares son una tendencia por lo menos hace unos 20 años. En Antofagasta estos nuevos espacios para "lo público" recién comienzan a visualizarse, pero ya existen a lo menos seis casas divididas en múltiples tiendas o pequeños centros gourmet.
En su mayoría repartidos en barrios residenciales y calles céntricas, nuestros bulevares están formados por cafeterías, pastelerías, restorantes, boutiques, tiendas de productos gourmet orgánicos y hasta de cultivos indoor.
También son vitrina para diseñadores consolidados y emergentes, que comparten espacio con productos innovadores, exhibidos en tiendas de no más de cuatro metros cuadrados.
En síntesis, los bulevares ya son una alternativa para los consumidores antofagastinos, a la hora de escapar del atochado del centro de la ciudad o porque prefieren la exclusividad, en vez de comprar productos en serie en las tiendas de retails.
Patrimonio
Construidos en antiguas casonas familiares con patios interiores, estas galerías albergan hasta diez pequeños locales de dos a cuatro metros cuadrados y sus cánones de arriendo van desde los $300.000.
El primero en instalarse fue la denominada "Casa Farandato", ubicado en plena Avenida Brasil el 2009. La tradicional residencia que durante generaciones perteneció a esa familia de inmigrantes griegos, hoy alberga una clínica oftalmológica, tres boutiques y una empresa de rescate médico entre sus centenarias paredes.
En la calle Washington emerge con su propia personalidad el bulevar "Patio Alcántara". Con trece pequeñas tiendas, un restorán de sushi en su patio interior y una pastelería. Abrió sus puertas el 2012 por iniciativa de Carlos Vargas Alcántara, hijo de los dueños de la casa que durante cien años ha pertenecido a esa familia.
Según Vargas, no fue fácil embarcarse en este emprendimiento, a pesar de la alta inversión. "Lo más complicado fue tramitar la patente comercial del bulevar por la burocracia del sistema. Recién después de dos años tenemos la patente definitiva", señaló.
modelo
Este nuevo modelo de comercio urbano integra con éxito a los barrios residenciales donde aparecen nuevos negocios y dando un nuevo uso así a la calle.
Aunque este análisis debe hacerse caso a caso, explicó el arquitecto César Rojas: "Según la tendencia internacional, las calles que albergan estos comercios se transforman en una nueva plataforma de uso, que genera más actividad comercial, pero como en el caso de la 'Casa Farandato' pueden convertirse en un atentado al patrimonio arquitectónico".
Agregó que en las experiencias exitosas del innovador modelo " sirvió para revitalizar algunos sectores de la ciudad, ya que los locatarios sacan las mesas de los cafés a la calle y se han convertido en las nuevas galerias comerciales a otra escala, más íntima quizás".
costos
En ese contexto una de las dificultades que deben enfrentar los dueños de estos espacios son los altos costos de edificación y mantención de la infraestructura.
"Sin embargo estos últimos costos puede compensarse con la estabilidad en los arriendos de nuestros locales. Esto nos habla de las buenas ventas que mantienen nuestros clientes durante el año", agregó Leonel Sanchez, dueño del bulevar Barrio Brasil.
En contraste a las dificultades que los dueños de los bulevares deben enfrentar para funcionar, María José Valdivia dueña de María Betania, los ve como un aporte a la comunidad.
"Estas galerías se han convertido en el punto de encuentro de los vecinos, donde además de comprar pueden disfrutar de exposiciones artísticas ", precisó.
La oferta de productos que pueden encontrarse en estos negocios es muy variada y en su mayoría original. Diseños exclusivos, artículos hechos a mano, distan mucho de lo que ofrece el comercio tradicional con productos en serie y sin estilo.
ecológicos
Los propietarios de las pequeñas tiendas que dan vida a estos espacios están dedicados a buscar proveedores que entreguen valor al concepto "amigable con el medio ambiente" . Así, privilegian el uso de materiales reciclables, productos orgánicos y revalorizan el concepto diseño de autor, sirviendo de vitrina para talentos y emprendedores locales.
Con cientos de visitantes al día, los bulevares de Antofagasta poco a poco ganan un espacio entre los consumidores antofagastinos por lo original de su propuesta.