"¡¿Y ya son 40 años?!" Sí, Nito. A pesar de tu sincera sorpresa, ya son cuatro décadas del lanzamiento de uno de los discos esenciales del rock argentino, en el que tú, junto a tu flauta traversa y esa juvenil voz que aún conservas, tu eterno compañero Charly García (voz y teclados), Juan Rodríguez (batería) y Rinaldo Rafanelli (voces, guitarra y bajo) -Sui Generis ya en formato de cuarteto- cambiaron el rumbo de la música allende los Andes y Latinoamérica con "Pequeñas anécdotas sobre las instituciones".
"Estaba todo difícil en esos tiempos. Censurado, trabado. No eran tiempos ni fáciles, ni muy felices", recuerda Nito Mestre respecto a aquella primera mitad de los 70, en que la inocencia de los primeros dos discos de SG, dio paso a un álbum conceptual, cuyo manifiesto apuntaba en contra, precisamente, de aquellos entes que, en la visión de Mestre, hacían todo más complicado.
Así, cada una de ellos fueron cayendo bajo el filo lírico de García, quien en 11 canciones plasmó una suerte de crítica "velada" a cada una de las instituciones de la sociedad argentina. "Si hubiera salido como era, habría sido tremendo! La idea original del disco era poner una canción para la policía, otra para el ejército, otra hablando de la familia. Era muy fuerte" señalaba sobre este punto Charly García, en una de las tantas entrevistas concedidas a la revista Rolling Stone.
El dúo acústico que sorprendiera a la audiencia trasandina y que, aún hoy día, es número seguro en fogatas playeras, definitivamente había perdido la timidez. Y, a pesar que la crítica le ha dado, con el paso de los años, el título de ser uno de los mejores álbumes de la historia del rock latinoamericano, en aquella época el público no lo recibió de la mejor forma.
Nuevos sonidos
En 1974, cuenta Rinaldo Rafanelli, "dejé de tocar con Color Humano. Un día, el Bondo Billy (el productor Billy Bond) me invita a grabar un par de temas para "La Biblia" (el clásico disco de Vox Dei) junto al Ensamble de Buenos Aires y sale la idea de tocarlo con banda en vivo. Y ésa fue: Juan Rodríguez y Oscar Moro (futuro Seru Girán) en las baterías, Nacho Smilari en guitarra, Carlos Cutaia el hammond, Charly el piano y sintetizadores, Jorge Pinchevsky el violín y yo el bajo (se suman otros emblemáticos, como Leon Gieco, David Lebón y María Rosa Yorio, entre otros). Fue en esos ensayos que conocí a Charly y me cuenta que está por grabar un álbum diferente".
Y prosigue: "Me cuenta la idea y es buenísima. Una idea conceptual. "Pequeñas anécdotas…" fue una obra que Charly tenía clarísima en su cabeza y al incorporar piano eléctrico y sintetizadores, mas una base rítmica tipo Juan Rodriguez y yo, el resultado fue bárbaro".
Fue tal la cohesión del cuarteto que Rafanelli incluso fue partícipe de la composición de "Tema de Natalio".
"El clima interno era increíble, porque laburábamos siempre cagándonos de risa y los arreglos salían solos, de manera natural", rememora "Rino".
¿Por qué el cambio de sonido? ¿Qué influencias musicales dictaminaron el cambio de dirección en Sui Generis? A la guitarra, percusión y vientos que se aprecian en "Vida" y "Confesiones de invierno", se sumaron sintetizadores, un mini moog (comprados por García en EE.UU.) y claras nuevas sonoridades. "Escuchábamos Yes, King Crimson, música quizás más "sinfónica". Sí, hubo un cambio muy obvio en el sonido del grupo, el cual sonaba muy potente en vivo", relata Mestre. A su vez, Rafanelli agrega: "escuchábamos buena música todo el tiempo, desde Johnny Winter a Pink Floyd; de Elton John a Stevie Wonder; de Hendrix a Beatles, etc. Todo el crecimiento de un músico implica incorporar nuevas influencias".
En otro tema, por lo visto, fue muy complicado el sortear la revisión de la censura de aquellos años
-N.M: "Hubo mucha censura, cambios de letra. No es que era complicada sortearla, simplemente existía y había que esquivarla a diario".
-R.R: "Un ejemplo de ello, es que hubo dos temas grabados que se nos recomendó que no sean editados, porque era peligroso. Eran "Juan Represión y "Botas locas" (se conocieron años más tarde). Pero, además, se suavizó la letra de "Para quién canto yo entonces". Eran épocas realmente feas".
El "Sgt. Pepper´s" trasandino, como lo ha catalogado Rafanelli fue, conjuntamente, el inicio del cierre de telón para Sui Generis.
El anuncio del final se hizo sentir con celeridad. Tras múltiples shows, con un público exigiendo los "clásicos" de Sui Generis ("Rasguña las piedras", "Canción para mi muerte", y otras), sin darle mayor peso a las nuevas composiciones, García decide mandar "todo al carajo". Eso, no sin antes llenar, en 1975, dos veces el Luna Park.
Así, con un álbum lanzado un 16 de diciembre de 1974 se empezaba a bosquejar el atardecer de una de las bandas fundacionales del rock del sur del mundo. No obstante, también aquellas sonoridades fueron sustento para el desarrollo musical de los venideros grupos "La máquina de hacer pájaros" y los "Beatles argentinos", Seru Girán. Una cosa poca. Pero esa es otra historia.
"Los magos, los acróbatas, los clowns / mueven los hilos con habilidad / pero es que ya me harté de esta libertad / y no quiero más paredes que acaricien mi espalda. / "Oye hijo las cosas están de este modo, / dame el poder y deja que yo arregle todo". / ¡No preguntes más!"