Aislados en prisión durante los 120 días que dure la investigación en su contra permanecerán Cristian Riquelme Araya, acusado de asesinar a su hijo Mateo de sólo dos años, y Carolina, tía del menor, a quien el Ministerio Público pidió enviar a la cárcel porque podría entorpecer las pesquisas. Además, en la formalización se conocieron detalles de la muerte del menor, con posibles episodios de maltrato infantil.
Cerca de las 8 horas en el Tribunal de Garantía de Calama había ayer un fuerte contingente policial.
Por razones de seguridad, los efectivos cerraron el perímetro del juzgado impidiendo el tránsito de peatones y vehículos. El motivo no era otro que la formalización de cargos contra los dos implicados, hasta el momento, en la muerte de Mateo Riquelme Tejada.
El caso que remeció al país se conoció el sábado 6 de diciembre, cuando la tía del menor denunció que el niño de dos años había desaparecido desde el Parque 21 de Mayo. Desde entonces las policías realizaron intensos operativos para dar con su paradero, hasta que el martes encontraron su cuerpo bajo 20 centímetros de tierra en la Quebrada de Quetena, en las afueras de Calama.
Cristian y Carolina (mellizos de 29 años), fueron requeridos ayer por la Fiscalía para imputarles diferentes cargos. Ambos contaron con defensores penales públicos licitados, aunque el padre adoptivo de Mateo fue representado por dos abogados.
La audiencia comenzó a las 9.30 horas y durante la mañana cerca de 50 personas llegaron frente al tribunal exigiendo justicia por la muerte del menor. Con el proceso ya iniciado, hubo controversia por parte de los defensores, quienes se percataron que al recibir la carpeta investigativa, se trataba sólo de un extracto, ya que varias piezas son mantenidas bajo el secreto de las diligencias por el fiscal de la causa, Raúl Marabolí.
pruebas
La defensa de Carolina solicitó a la jueza Paulina Rodríguez declarar ilegal su detención, ya que según su posición, no existen pruebas suficientes para vincularla al delito que se le imputa, obstrucción a la investigación fiscal.
Sin embargo, el tribunal rechazó la petición, aunque en esta etapa de la investigación no es posible acreditar si ella sabía que Mateo había fallecido al momento que denunció su desaparición desde el Parque 21 de Mayo.
El Ministerio Público presentó el audio del testimonio de Cristian Riquelme, del que prohibieron su reproducción completa por parte de los medios de comunicación.
En este relato, el imputado sostuvo que encontró a su hijo muerto en la habitación que arrendaban en avenida Francisco Errázuriz, en Calama. Según su versión, desconoce si el golpe en la cabeza que tenía el menor fue ocasionado por terceros o por una posible caída desde la escalera de la vivienda.
Riquelme detalló que Mateo lloraba y vomitaba, aunque segundos más tarde dejó de moverse y constató que había fallecido. Pero el informe del Servicio Médico Legal (SML) detalló que Mateo no murió a raíz de una caída, sino de un certero golpe en la cabeza.
La autopsia reveló que en el esófago había material exógeno que sería atribuible a un pañal. Esto habría ocurrido ya que el golpe en la cabeza le provocó convulsiones y vómitos, los que trataron de detener poniendo el pañal en su boca.
El audio de la declaración reveló algunas contradicciones en las que incurrió el acusado, como que recibió ayuda para enterrar el cuerpo, aunque luego se retractó, señalando que lo hizo solo. Además dijo que trasladó el cadáver a la quebrada gracias a un taxista, pero después insistió en que fue un colectivero en que dispuso su vehículo.
El cadáver fue enterrado en la Quebrada Quetena y junto a él, ocultaron más ropa y juguetes y otros elementos que resultaron manchados con el vómito de la víctima.
Los peritajes del SML agregaron que el niño presentaba múltiples contusiones con data anterior a la muerte. Esto concuerda con lo que aportaron testigos de la Fiscalía, quienes vivían en la misma pensión: el menor presentaba lesiones en el estómago, el rostro y sus extremidades.
Otro dato que se conoció en la formalización fue que efectivamente el día que pusieron la denuncia por presunta desgracia, Cristian había llevado a su hijo al parque de Avenida Granaderos.
cargos
Sin embargo, eso ocurrió a las 16 horas e incluso la Fiscalía tiene testigos de ello. Esto permite establecer que el niño murió entre las 16 y las 19 horas, ya que la denuncia en Carabineros fue estampada a las 20 horas del sábado, por la hermana del imputado.
Estas exposiciones junto con las de la defensa, tomaron casi tres horas en el juzgado, donde Marabolí solicitó finalmente la cautelar de prisión preventiva para ambos acusados. Para Carolina la medida fue requerida, a pesar de que no arriesga pena de crimen, porque aún no se determina con certeza si la versión de la desaparición del niño fue ideada para esconder el homicidio o si en realidad desconocía lo que había pasado.
Ésta fue concedida por la magistrado, atendiendo a que es posible que pudiera entorpecer la investigación si quedaba en libertad, ocultando o destruyendo pruebas. En el caso de Cristian, la cautelar fue solicitada porque se le imputan los delitos de parricidio e inhumación ilegal.
La jueza Rodríguez determinó otorgar la prisión preventiva instancia en la que solicitaron que ambos fueran recluidos en cárceles de Antofagasta: la concesionada del Nudo Uribe y la de mujeres.
A petición de los defensores, los acusados permanecerán aislados del resto de la población penal, ya que al ser un caso de alta connotación pública, podrían ser víctimas de agresiones por parte de los internos de la prisión.
Ahora el fiscal Marabolí tendrá 120 días para continuar con las diligencias para establecer si hubo terceros que supieran de la muerte de Mateo o que colaboraran con ocultar o trasladar su cuerpo hasta el desierto, en calidad de cómplices o autores del hecho.