A propósito de Donoso
La narrativa chilena contemporánea tiene en la figura del Premio Nacional de Literatura 1990 José Donoso, a uno de sus grandes novelistas. Obras suyas como "El obsceno pájaro de la noche", "Casa de campo", se inscriben dentro de las grandes producciones novelísticas latinoamericanas.
Tanto por sus tópicos temáticos -declive oligárquico en clave de clanes familiares, soledad, lo grotesco, horror vacui- como por sus logradas experimentaciones técnicas, es considerado por muchos estudiosos como miembro conspicuo de la elusiva categoría de escritores pertenecientes al denominado boom latinoamericano.
Su muerte trajo una polémica basada en una supuesta crisis de sucesión en el panorama literario del país. La veracidad de dicha afirmación tiene detractores y partidarios en posiciones irreconciliables.
Sin embargo, una causa cenital de un vacío literario es el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. La extensa fractura democrática chilena determina una eclosión (primero) y una diáspora (después) de un número considerable de escritores, los que desarrollan su quehacer posterior en el exilio, asumiendo muchas veces otras cartas de ciudadanía, las que sin abjurar de su pasado reciente en el gobierno de Salvador Allende y la coalición política que lo sustentaba, terminan por efectuar un revisionismo crítico, al asumir voces narrativas mucho más comprometidas con el contexto histórico y social de adopción, antes que con su propia patria.
Donoso -a pesar de haberse ido del país en 1967 y vivir en España hasta 1981-, se declaraba un exiliado, aunque, a diferencia de algunos escritores revisionistas, nunca hizo abandono de Chile en sus novelas.
En este arco narrativo podemos citar a Carlos Cerda y Roberto Ampuero. El primero vive su exilio en la desaparecida República Democrática Alemana y su texto más célebre es "Morir en Berlín". Ampuero, vive algún tiempo en Alemania del Este. Su enjuiciamiento se materializa en su obra "Nuestros años verde olivo".