Académicos de la Lengua
"Todo está en la palabra…" (Pablo Neruda).
Durante mis andanzas como estudiante de pedagogía en la Universidad del Norte, tuve el privilegio de tener como maestros a seis miembros de la Academia Chilena de la Lengua: Alfredo Matus O. (actual Presidente), Andrés Sabella G., José Luis Samaniego A., Mauricio Ostria G., Hna. Elsa Abud Y. y María Elena Moll S. Faltan palabras para describir esa magia.
Quizás sea ese orgullo que llevo como marca registrada el que me permite referirme a la Academia desde la cercanía del afecto por aquellos que poblaron nuestras mentes de todos los imaginarios posibles y sembraron la necesidad de perseguir imposibles vestidos de palabras.
Cada uno de ellos fue un personaje más en la construcción de esas generaciones que no tuvimos derecho a descreer en la belleza de la palabra, en el poderío de su marca, en el placer de honrarla.
Fueron tiempos difíciles y por ello mismo, dotados de una búsqueda más apasionada. Como dijo Andrés en su discurso de Incorporación a la Academia, el 19 de Junio de 1978, "me han donado un útil de trabajo para colocarlo en provecho de todos. Mi tarea es cosa de la palabra. En la palabra deberé desvelarme, para que siempre resplandezca y enaltezca al hombre (…) En estos momentos de azar y zozobra, la palabra debe estimular al menester del amor".
Esta columna, "La linterna de papel" de Andrés Sabella, celebra en estos días la incorporación de otro nortino que ha dedicado sus horas y su aliento a trabajar en la palabra: Sergio Gaytán Marambio, tan cercano, tan auténticamente nuestro. El mismo Gaytán cateador de libros que acostumbró a la ciudad a su eterno insomnio en busca de alguna nueva veta literaria.
Junto a su mentor y amigo Osvaldo Maya Cortés, también Académico de la Lengua, recorrerá las praderas lingüísticas de nuestro norte con su facha de quijote atacameño, buscando atrapar espejismos de palabras.