"Esto es algo tan difícil. Saber que quedé parapléjica, que mi vida cambió para siempre. No recuerdo lo que pasó en el momento del accidente, sólo sé que necesito rehabilitación porque estoy en una condición irreversible", sostuvo Andrea Fernández, madre de 4 hijos, una de las víctimas del accidente ocurrido el martes 28 de octubre en la avenida Salvador Allende, a las 16.36 horas.
Dice que no recuerda nada del accidente, pero sí que estaba esperando la luz verde del semáforo cerca de la avenida Carlos Oviedo Cavada. "No sé por qué razón miré por el espejo retrovisor y vi que venía el bus. Después no recuerdo qué pasó aunque la gente que me ayudó dice que yo estaba consciente, que ayudé a mi hija. Lo cierto es que íbamos con cinturón de seguridad y se activaron los airbags, de otra manera no nos hubiésemos salvado", confidenció la joven contadora.
camioneta
Su hija Valentina de 14 años, estudiante del Colegio Adventista, que también resultó seriamente herida en el accidente, aún sigue hospitalizada.
La camioneta en que viajaban quedó totalmente destruida.
Jonathan González, pareja de Andrea asegura que están viviendo un calvario, debido a la irresponsabilidad de un conductor. El bus que sufrió la falla y que desencadenó el choque múltiple, transportaba tambores con combustible.
"Testigos del accidente me dijeron que la camioneta quedó metida en el taxibús 108, y atravesado estaba el bus. El chofer de esa máquina gritaba que desconectaran la batería porque todo iba a explotar. La gente no sabía dónde estaba la batería y al revisar vieron los estanques de combustibles. El chofer estaba consciente de que llevaba esos estanques de bencina", precisó el trabajador.
El diagnóstico médico para Andrea es lapidario. "Dicen que estoy parapléjica. Debo vivir con la mitad del cuerpo hacia arriba en movimiento, tengo que aprender a hacer todo de nuevo. Me dicen que cuando me rescataron estaba en la camioneta pero mirando hacia, con mi cuerpo retorcido. Allí tuve la lesión en la médula, todo se desconectó. Tuve suerte porque si la fractura hubiese sido más arriba, podría estar tetrapléjica. Necesito rehabilitación para tratar de hacer mi vida como era antes", dijo entre lágrimas.
dolores
Toda la vida de la esta familia antofagastina cambió para siempre. "Ahora estoy en la casa de mi mamá porque no puedo estar en mi hogar que es dos pisos. Acomodaron una cama en el living por mientras porque el viernes me dieron de alta. Me duele todo el cuerpo, la cara, duele respirar, tengo que hacer mucho ejercicio", dijo.
Andrea Fernández de 38 años encuentra fuerza pensando en sus hijos Nicole de 19 años, Valentina (14), Martina (9) e Ignacio de 5 años.
¿Combustible?
Valentina que la acompañaba el día del accidente fue operaba del codo y tiene una fractura en el tobillo. Además está internada por un tec que están evaluando. El Colegio Adventista donde estudia ha estado presente en todo momento, apoyando a la familia.
La familia que está pasando por esta terrible situación exige justicia. "La empresa propietaria del bus ni siquiera ha preguntado cómo estamos. Todos sabemos que accidentes pueden pasar pero acá hay situaciones extrañas, anomalías. La empresa Eccottur a la que pertenece el bus es totalmente irresponsable. A nosotros como familia nos hicieron un daño tremendo. Cómo es posible que un bus transportara esos estanques de combustible que en total eran 8. Cada estanque lleno puede pesar 700 kilos. Esto demuestra que el peso que llevaba el bus era mucho más de lo permitido", precisó.
Asegura que hay responsabilidad del chofer y de la empresa dueña del bus. "Hay testigos que dijeron que un camión estaba con el bus haciendo el trasvasije al entrar a la avenida Salvador Allende. Desde ahí hay algo raro", acotó.
El seguro que tenían de la camioneta cubrió los gastos médicos de Andrea, su estada en el hospital, pero todo lo que viene no saben cómo la van a enfrentar.
"Mi señora estaba bien, trabajaba, pero ahora todo cambió. La parte de salud pública cubre tres sesiones de kinesiólogo a la semana, pero ella necesita estar en rehabilitación toda la semana", enfatizó.
La víctima del accidente requiere varios especialistas para poder superar este trauma. Saber que no volverá a caminar la tiene muy afectada. Ella trabajaba como contadora en forma particular y debía hacer trámites en el centro y trasladarse de un punto a otro.
"Irresponsables"
"De ahora en adelante y para toda la vida mi mejor amiga va a ser la silla de ruedas. No controlo esfínteres, tengo harta fe, y dar mi testimonio no es fácil, pero yo lo hago porque esto no puede seguir sucediendo. No puede haber gente tan irresponsable ", dijo angustiada.
Tiene el apoyo incondicional de su familia, del Colegio Adventista, los apoderados, gente que los conoce, vecinos, por eso saca fuerzas para salir adelante.
La familia argumenta que las autoridades deben hacerse presentes. Mucho hablaron de cuando ocurrió el accidente, pero hasta ahora nadie se ha contactado con ellos.