Histórico maquinista de tren celebra centenario junto a sus 8 hijos y 21 nietos
relato. Rómulo Correa vivió gran parte de su vida en la localidad de Baquedano, donde se desempeñaba en el ferrocarril. En la actualidad está al cuidado de su numerosa familia.
Está sentado en una esquina del salón, vestido con un terno gris y rodeado de familiares. Su piel es arrugada por el desgaste que sufrió mientras trabajaba en la pampa. A sus 100 años, Rómulo Correa, está acompañado de sus ocho hijos, 21 nietos, 14 bisnietos y una tataranieta, quienes -como de costumbre- celebran su cumpleaños en grande.
Y no es menor. Para su familia este hombre de 100 años pasó a ser una leyenda. Era maquinista de trenes en la localidad de Baquedano, oficio que aún tiene entre sus recuerdos más preciados. Según cuenta Rómulo, lo que más le apasiona de ese tiempo son las historias que se tejieron en medio de la pampa, específicamente en Diego de Almagro, lugar donde comenzó su carrera de maquinista.
vida diaria
"Estamos siempre pendiente de él. El único problema es que tenemos que hablarle fuerte pero nada más. Lo que más nos llama la atención es que es muy culto. Le gusta leer el diario, todos los días es algo sagrado para él", comenta.
Héctor Correa, en tanto, es el hijo mayor de Rómulo y viaja todos años, desde Copiapó hasta Antofagasta, al cumpleaños de su padre.
"Gracias a Dios, mis hermanos están todos vivos. Somos seis hombres y dos mujeres. Los hombres todos fuimos maquinistas, es una tradición. Estoy muy feliz que mi padre esté de fiesta", dice.
Tanto ha sido su buen estado de salud que la única operación que ha tenido en su vida fue a la próstata y el colon.
"Nunca está solo. Si me invitan alguna parte me lo llevo, lo cuidamos mucho y él está muy contento. Él decía: 'voy a cumplir cien años, entonces voy a vivir 200'", cuenta Correa.
EVENTO
Esta celebración la realizan desde 1999, fecha que coincide con la muerte de su esposa, con quien estuvo casado cerca de 56 años.
"Esto lo hacemos sagradamente siempre. Todos los hermanos ponemos una cuota. Aunque eran cosas más pequeñas, pero ahora con los 100 años debe tenía que ser mucho más grande", agrega la hija de Rómulo.
Cristian Quevedo y Lorena Correa son nietos de Rómulo y su relación con él se ha intensificado con los años. "Siempre ha sido el patriarca, gracias a él todos nos juntamos en las fechas importantes. Es una relación estrecha. Siempre hay una llamada telefónica o una visita. Aunque él a veces olvida las cosas", dice su nieto.
Lorena Correa, en tanto, cuenta que siempre se van con la sensación que ojalá esté para el próximo año.
"Está el temor pero ni siquiera lo pensamos porque sabemos que está muy bien de salud. Estos momentos hay que aprovecharlos al máximo. Somos de Copiapó y estamos siempre pendientes. Esta es la instancia que él nos reúne. Nosotros nos vamos llenos de energía, algo inexplicable. Esta instancia es algo que esperamos todo el año", dice.