Los registros de El Mercurio de Antofagasta dicen que la enfermedad y muerte del Papa Juan XXIII provocó tal pena en la población local, que en casi todos los hogares la decisión de aquellos días fue guarecerse temprano, practicar el silencio y rezar por el descanso del Pontífice.
Corría el año 1963.
Cuatro décadas después, a inicios de los 90, la performance de la actriz Patricia Rivadeneira causaba un escándalo nacional al salir desnuda y cubierta con una bandera chilena. Más tarde, la ya casi olvidada 'Baby Vamp' hacía lo propio con el artista visual, Luiso Vega, al presentar a una colegiala semidesnuda por las calles de Santiago.
Eran tiempos en que cualquier cosa sexual era un escándalo garantizado; pero también la música, como la de los ingleses Iron Maiden, que debieron cancelar su primera visita al país luego de la serie de acusaciones de 'satanismo' que le imputaron distintos actores políticos y religiosos.
Corría el año 1992.
Dos lustros más tarde, ya con los años de 'en la medida de lo posible' en el baúl, seguían las polémicas. La educación sexual en los colegios, la entrega de condones a los adolescentes, la presencia de gays declarados en televisión y otros.
Quedaba claro que Chile aún era como una isla, un territorio rodeado por mar, cordillera, desierto, hielos y una historia de 17 años de encierro político y social respecto al resto del mundo.
Hoy la situación es distinta y lo sorprendente es que un cambio de magnitud se dio en breves años. Del ocultamiento de la homosexualidad, se pasó al 'orgullo gay', de la censura de las drogas, se ha pasado incluso a la generación de medios formales para su promoción y también marchas defendiendo el autocultivo de marihuana.
Lo mismo ocurre con el aborto. De la negación se pasó al debate para su regulación y tópicos como los preservativos, juguetes sexuales, pornografía, ateísmo, o críticas al clero o las FF.AA. son tan comunes que ya apenas llaman la atención cuando vienen desde el interior de las propias instituciones.
Corren los vientos de 2014.
TOLERANCIA
Los resultados de una encuesta realizada por Líbero Consultores y Diario El Mercurio de Antofagasta confirman las impresiones.
Hoy los antofagastinos, en línea con los chilenos, son más seculares, individualistas y menos sesgados en sus tomas de decisión.
A saber: Respecto al matrimonio homosexual existe una tendencia leve, pero mayoritaria a aceptarlo, lo que, según los investigadores se relaciona a que la ciudadanía de Antofagasta ha logrado 'cierta madurez y aprobación respecto al tema'.
Otros datos interesantes: las mujeres son las que demuestran menos homofobia. Pero al cruzar los datos, se unen dos extremos de quienes lo rechazan: por un lado los hombres con ocupaciones medias y bajas y por el otro, los altos ejecutivos.
En relación a la adopción, la negativa está fuertemente marcada por los adultos mayores de 52 años y de todos los estratos socioeconómicos. Asimismo, los más proclives en admitir y consentir el matrimonio entre homosexuales y la adopción de hijos, son las mujeres, marcadamente del rango de edad de 30 a 40 años y del grupo socioeconómico (GSE) C2, C3 y D.
Con la marihuana existe una relación bastante similar. 'Se da una inclinación de aceptación', dice el informe. Quienes no están de acuerdo son marcadamente las mujeres (58,3%), del rango etario de 41 años en adelante y muy marcados en los GSE ABC1 y C1.
Las respuestas tienden a repetirse con el aborto. Los encuestados manifiestan una leve inclinación en aceptar que ello se legalice, con evidencia más marcada en el caso hipotético que sus hijas fuesen violadas. En esos casos, el aborto es una clara opción.
Para estos últimos, el pensamiento colectivo se enmarca mayoritariamente en las mujeres (66,7%), de todos los rangos de edad y de los GSE.
Como salvedad, los grupos evangélicos manifiestan, en general, una negativa muy por sobre el promedio de los declarados como católicos.
LIBERTAD
Para Simón Perretta, director ejecutivo de Líbero Consultores, Antofagasta es una ciudad que alberga a muchos jóvenes dado el crecimiento de instituciones de educación, más el atractivo generado por la oferta profesional para tramos de 29 a 40 años.
'Tienen una mirada mucho más abierta a legalizar el matrimonio homosexual, la marihuana y el aborto. Y además es este grupo el que abiertamente señala ser creyente pero no se guía por los dogmas y las posiciones de las religiones. La tendencia evidencia que existe una mayor apertura en aceptar las diversidad', dice.
Perretta agrega que el mayor acceso a la información es clave para entender el fenómeno. Tienen una percepción distinta del mundo donde cada cual decide qué opinión tener respecto a ciertos temas.
'Las nuevas generaciones son cada vez más distantes del pensamiento tradicional. El discurso es bastante claro, ellos deciden, no un Estado, el Gobierno de turno, la iglesia o la misma familia. Su decisión es la que vale e importa'.
Para Valentín Vergara Hidd, sociólogo y académico de la Facultad de Ciencias de la Educación USS, Chile experimenta una transformación a nivel de sociedad.
Las instituciones cambian sus funciones y la influencia que tienen sobre el actuar de las personas, afirma.
'Por un lado, lo religioso ya no tiene el poder de influenciar el comportamiento de las personas que tuvo en décadas anteriores. Por lo tanto, existe un campo más amplio para que podamos pensar críticamente en lo valórico. Pero este proceso no viene solo, y aquí es donde aparece el segundo ejemplo. También se ha dado un acceso a información cada vez mayor. Con esto no me refiero que tengamos acceso igualitario a la información, pero en términos absolutos tenemos más información para tomar nuestras decisiones'.
Vergara añade que en cualquier caso los grupos más conservadores siguen teniendo un poder e influencia considerable. Cita el caso de varios legisladores que siguen tomando sus decisiones sobre la base de sus concepciones ideológicas, cuando muchos temas deberían abordarse desde un punto de vista técnico: es decir, desde la salud, educación, o economía.
Perretta agrega que los cambios se notan más considerando que durante mucho tiempo la sociedad 'escondió los temas incómodos bajo la alfombra' y eso ya no es posible.
'Chile hoy es una sociedad más abierta y democrática, con un libre albedrío cada vez más fuerte. La autodeterminación, la mayor educación, la apertura cultural y las convicciones personales están haciendo que lo que las elites definieron como correcto o incorrecto, esté cambiando velozmente'.