Vecindario de poesía
Andrés Sabella, nuestro poeta también fue narrador, periodista, eterno estudiante de derecho y dibujante. Fue capaz no solo de escribir para adultos sino también lo hizo para niños; fue quizás uno de los pioneros en experimentar en esta línea literaria.
Miembro de la hermandad literaria de Diego Muñoz, Neruda, Oreste Plath, Rojas Jiménez y Alberto Valdivia, entre otros, vivió veintiún años en la bohemia santiaguina, sin dejar nunca de incorporar, en su vida y su palabra, la identidad nortina, de la cual es descubridor y embajador, así es como fue el primero en bautizar al Norte como Norte Grande, en honor de las grandes extensiones de la I y II regiones, pero también es el nombre de su gran novela publicada en 1944 sobre la pampa salitrera.
Colaboró como cronista en diversas publicaciones: La Estrella de Antofagasta, Revista Hoy y Ercilla, diario Las Últimas Noticias de Santiago, para el que colabora durante más de 40 años. Entre tantas de las cosas en las que participo, militó en el partido comunista donde fundó la Alianza de Intelectuales contra el fascismo.
En su prolífica carrera literaria, Andrés Sabella escribió para niños Vecindario de Palomas; es un libro de hermosas imágenes, aunque según la crítica de la época perdía su ritmo y sonoridad, ya que rompe con el canon establecido. Pero en ese texto, sabe llevarnos a los atardeceres de la infancia sin perder en ningún momento el toque inocente, haciendo gala de una agilidad mental y un sentido de la poesía tan fino y elegante, acogedor y emocionado, que el lector llega a identificarse con ellos.
Sabella es el buen capitán de su barco de infancia y un buen conocedor de los peligros del mar y los acantilados; no ha caído en pequeñeces conocidas, sino que ha descubierto un mundo nuevo para que los niños que lean su libro. Ofrece una honda poesía en verso sencillo y lúdico.
Nuestro poeta falleció en Iquique, el 26 de agosto de 1989, entre acantilados, desierto y mar que conforman su amado Norte Grande.
Linterna