Comercio ilegal
Antonio Sánchez
Que Antofagasta es muy diferente al resto del país en materias económicas, sociales y laborales, es algo conocido, pero las temáticas en las que esto se manifiesta a veces no se perciben en su real dimensión.
El que Antofagasta es una plaza comercial superior al resto del país, quienes primero lo constatan son los comerciantes y también los ilegales. Cada fin de semana llegan personas de otras ciudades a ejercer ilegalmente el comercio, en particular se instalan en los alrededores de la Feria Pantaleón Cortes conocida como Feria de Las Pulgas. Provienen desde lugares como Tacna por el norte, hasta Puerto Montt por el sur, un grupo importante proviene desde la capital, quienes llegan en buses arrendados especialmente para tal efecto, arriban el día jueves por la noche y se marchan el domingo en la tarde. Muchos son comerciantes establecidos en sus ciudades de origen, pero declaran que las ventas en nuestra ciudad son mucho mejores. Entre ellos destacan comerciantes de muebles de Santiago y de artículos electrónicos de Iquique.
Otros casos son personas que trabajan en empresas con modalidad de turnos, lo cual les permite tener varios días disponibles y ante una alternativa laboral para aumentar los ingresos familiares, han optado por ejercer este comercio.
Este tipo de comercio ilegal es el que mayoritariamente encontramos en los alrededores de la Feria Las Pulgas. Gran parte de los comerciantes de esta feria venden productos usados y ahora deben competir con personas que, con mayor capital, venden productos nuevos y a bajo precio, pues no pagan permiso o impuestos.
Ante el comercio ilegal los inspectores municipales tienen muy poca capacidad de acción pues deben esperar que la persona sorprendida en el ilícito acceda a entregar su carnet de identidad e informe su dirección, cosa que obviamente sucede rara vez. Necesitamos una acción efectiva de nuestra policía para evitar esta nueva forma de sangría de los recursos de nuestra ciudad y que, en particular, en este caso, afecta económicamente a personas humildes que dependen de esta actividad para sobrevivir.
La columna publicada el pasado jueves, titulada 'De capitales y de reyes' fue escrita por el académico de la UA, César Trabucco. Erróneamente se firmó bajo el nombre de Antonio Sánchez, por lo que pedimos las disculpas a ambos columnistas y a nuestros lectores.