Diversidad y apoyo al extranjero
Querámoslo o no, Antofagasta parece una ciudadanía con niveles, a ratos, preocupantes de xenofobia. Tenemos una mala imagen de los extranjeros. Pero no de todos, sino sólo de algunos.
El color de la piel y el acento parecen las características que más molestan de algunos nuevos antofagastinos; no es lo mismo, si el 'visitante' tiene rasgos caucásicos, o proviene de alguna potencia económica.
El asunto es tema para la población local, según lo dejó en evidencia hace algunos meses el estudio, realizado por el Observatorio Regional de Opinión Pública (OROP) de la Universidad Santo Tomás.
En concreto, el fenómeno de la inmigración -medido en 2013- ocupa un preocupante segundo lugar, entre los principales 'problemas' de la ciudad. Es decir, se identifica al asunto como un 'problema', vale decir, como una dificultad, lo que nos permite entender que para muchos 'nativos' hay un 'nosotros', versus los 'distintos'.
Hace poco un inmigrante de color colombiano sostenía en entrevista con este Diario que: 'sólo por ser negros piensan que somos traficantes o delincuentes. Cuando voy al supermercado los guardias me siguen por los pasillos'.
Esta semana se conoció el caso de una joven ecuatoriana que incluso fue golpeada por un compañero de trabajo y antes fuimos testigos de una protesta contra los inmigrantes, noticia que dio la vuelta al globo, mostrándonos como una ciudad muy poco tolerante.
Ciertamente estos hechos son propios de sociedades que registran importantes incrementos poblacionales en lapsos breves. Le pasó a Estados Unidos a inicios del siglo XIX y a la Argentina del siglo XX, dos ejemplos de lo que fue un gigantesco boom de recepción de personas arribadas de todos los continentes.
Conscientes que la gran mayoría de los inmigrantes trabaja con tranquilidad, debemos ser inflexibles en estos hechos aislados. Hay que estar atentos para que no se repliquen, ni sean ejemplo alguno.
Antofagasta es una tierra de oportunidades para todos y los 'extranjeros', incluyendo a aquellos de otras regiones deben ser bien recibidos y apoyados en sus desarrollos íntegros. Son los nuevos chilenos.